La vida es una autopista hacia la
desilusión. Mirar atrás parece el más tanático y morboso de los rituales. Nunca
deja buen poso. Nunca deja uno de hacerlo. Todo sabe a muerte. Las cosas
perecen. Las personas mueren en nuestra cotidaneidad y sólo continúan vivas en
nuestras memorias, en agridulces recuerdos, en momentos que lloramos porque no
se repetirán jamás. La pena nos embriaga. No deberíamos salir de tristezas
todas las noches. Salen demasiado caras. La resaca es peor que la de garrafón y
la borrachera siempre acaba con un llanto sordo, amargo, casi inaudible. Beber
nostalgia es la más dañina de las costumbres. Por poco que tomes, siempre se
consume en exceso. Uno mira a su alrededor y se autoengaña pensando que lo que
duele es la pérdida de los momentos, de los amigos, de los hermanos, de las
personas que iluminaban rostros imberbes, cuando lo que de verdad escuece es la
muerte de uno mismo, la inmolación de la inocencia, el suicidio de la juventud,
el hara-kiri de la niñez, porque crecer es morir, porque mirando atrás siempre
parecía que la estampa era bonita frente a la desoladora imagen del presente o
la incertidumbre paisajística del mañana. ¿Cuándo aprenderemos a ser felices
hoy? Probablemente mañana, pero ya será agua pasada y lamentaremos no haber
agradecido la felicidad del momento. Si la pena sabe mal ahora, más adelante la
echaremos en falta, porque sólo nosotros lamentamos el pasado y soñamos el
futuro en lugar de disfrutar el presente. Que sí, que es malo, pero mañana será
peor. Eso seguro. La vida se pudre. ¿Por qué no aprovechar ahora que aún tiene
bocados tiernos?
Aquí y ahora...Eso es la vida.
ResponderEliminarBuena entrada, ¡buen castigo el nuestro!...
Un abrazo Drywater
La vida es el momento. Hay que vivir intensamente. Decir un te quiero ya y ahora. Mañana será tarde. Lo has reflejado estupendamente en tu post Dry.
ResponderEliminarUn abrazo Dry.
Visto así...a veces es que somos medio masocas. Pero sin el medio.
ResponderEliminarEs más fácil disfrutar el ahora, pero nos empeñamos en hacerlo díficil. Y si por lo menos hacerlo díficil sirviera para algo...
Crecer es morir, si. La vida está llena de pequeñas muertes que no dejan de pertenecer a nuestras vidas. Creo que es preciso ser consciente de ello para poder vivir y encontrar parte de felicidad en ello.
ResponderEliminarPor otra parte, aunque parezca que mirar atrás no sirva de nada, que solo encontremos más muertes, creo que reflexionar sobre nuestra historia vital nos puede ayudar muchísimo.
Un saludo y enhorabuena por tu blog.
Brillante frase: "Beber nostalgia es la más dañina de las costumbres". Ahora bien, lo que en el presente es el ser humano es una suma de sus know how, de sus vivencias, de sus recuerdos, de su pasado. Cierto que anclarse en él sería una especie de beber nostalgia, pero somos acreedores de él y por ello no puede despreciarse, en mi opinión.
ResponderEliminarSalud
Si algo puede ir a peor, lo hará.
ResponderEliminarEs imposible vivir sin sufrir, tarde o temprano las desgracias nos tocan a todos. La cuestión es seguir adelante.
Precioso.
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