![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLdD7NNzOyixPDOh8VbAZsmIccuONIpEiYqHHNYd2Ex6T_Y8DW1RpKRpqdmEQeQ6_EvDsYa9aDNZAkgn-_tu4W4cKthiLgf2sCFtcvIeKlkSd2OcSL7XHNMg2DVxxB-Df1lSfAV9cYyJQG/s1600/ind2.jpg)
Vivimos en una era de espejismos.
Pensamos que nos gobiernan en democracia, pero somos una cleptocracia. Los
contenidos de internet, previa banda ancha, parecen gratuitos, pero el precio
son ingentes cantidades de propaganda comercial. Fingimos que somos libres,
pero prácticamente no podemos hacer nada. Creemos que estamos felices, pero
consumimos la alegría que nos han vendido. Agradecemos al cielo tener un
trabajo, cuando supone el mínimo de dignidad al que deberíamos optar todos.
De todas las mentiras, una de las
más gordas se construye en torno a las adopciones de niños. Todos y cada uno de
los tópicos se sustentan en embuste tras embuste. Nadie se marcha a Etiopía o
Vietnam a salvar la vida de un pequeño. Como mucho, marchan hasta allá para
sentir que ayudan a alguien, pero en el fondo no lo hacen por los huerfanitos,
sino por ellos mismos.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0voeVotTpCq0loRA3oxloNEuVHmCGghU4GtBLmhQYALpdMivjjAJgeuUECGm1UpHK73j6jsIOwYcBxK96-NpTaq4sHA-NnQaww59UVpDiMbxBs6Vf57XSWN6iyO1aSEDc2Yi_bVqN5uNG/s1600/git.jpg)
La idea de acoger de modo vitalicio a un bebé y salvarlo
de la pobreza es tan romántica como ficticia, tan inmadura como querer ser Superman
para arreglar el mundo y que el vulgo nos adore. No. La gente que adopta lo
hace por propio egoísmo, para satisfacer sus ansias de paternidad. Simplemente
es un juguete humano. Nada reprochable. Con los hijos biológicos sucede igual.
Tener niños es jugar a ser papás. Y con esto no estoy diciendo que los padres
no se lo tomen en serio. En unos supuestos y en otros, en general, prima la
sensatez y la responsabilidad. Pero todo se hace por las necesidades del
adulto, que quede claro.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgslJxWuWVJ8kRzzAnYUBzcBT2Tu1d7TpK5dQJ1_zEyy4yCL1FatoDmYoHx_G8xTvpS38gBEapF-oiFeSF0x0qCnmVzRui9iNbf8mhozlFeiC34WqpszL8MsiSQBDQicLZByvvI7pl1FQd4/s1600/tai.jpg)
Segundo espejismo. Los desvalidos
van a ser plenos. Nos van a querer mazo porque los vamos a educar genial,
dándoles todo lo que no han tenido. Vamos a proporcionarles una oportunidad de
ser felices. ¿Has pensado que a lo mejor ese niño prefiere, aun sin saberlo, la
insalubridad atestada de su orfanato tercermundista a la frialdad pudiente de
tu casa en a tomar pol culo? ¿Qué te hace pensar que su plenitud depende de tu
dinero y tu sobredosis nociva de cariño y caprichos? Aprovecho este inciso para
recordar el boom de adopciones de niñas chinas que hubo en los 2000. Las
criajas venían como churros, muy tiernas y en tramitaciones express. Bien,
ahora esas bebés están rondando la adolescencia, y en un gran número de casos,
según los profesionales educativos que conozco, son unas mimadas del carajo.
Hijas únicas y adoptadas, pasaporte seguro al malcriamiento. Hablo
generalizando, por supuesto que hay gratas excepciones.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhji02qRG0UWINet_Nh0-R77n_-iWsqBxI5WWLzdYlZgmcVhASrdXOvHG6_VeYADcBABMNE6WIwQxXbJf4BQMNI5jZeONhd96bWozpGWcHSVEYBa_g0hJS_Q66glhWf5P3NXDs2tVXnl2jJ/s1600/oso.jpg)
Tercer error. Los niños son
sanos, fuertes, hermosos y buenos. Columpiada total. El estereotipo de nene
blanquito, rubio y jovial, o de conguito de anuncio son estrategias de
marketing. La mayoría tiene serios problemas, los han violado por cinco
agujeros, los han acogido y devuelto varias veces, tienen sida, labio leporino,
discapacidad motora, minusvalía psíquica, hiperactividad por alcoholismo
gestacional, han visto más infiernos de los que tú te atreves a mirar o la
desnutrición les ha provocado secuelas que, más allá de ser estéticas, que
parece ser lo que te preocupa, disminuyen muchísimo su calidad de vida. Su mal
puede radicar también en la etnia. Lo mismo te ofertan ponipayos o gitanos.
Pero esos no los queremos. ¿Quién compra un oso pulgoso en la tienda habiendo
peluches nuevos?
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9unl50DDyQdJYx3KsVb3vAW1P1Hda3tozEdPPlnTsNEa0VzmcXk5dTxaHFLDiZ-Q7a7W2fyG4gT857PLqOwR30Qs4FZZTbyBGzxj4uvtGcfd8odggy9UVrlOzX1Ozq71-ZKW0Gymt5Yh4/s1600/neg.jpg)
Otro tópico falso: hay muchos
niños en adopción. Los cojones. Son poquísimos. Cada vez menos. Otra cosa es
que se encuentren hacinados en espacios denigrantes, sórdidos, lúgubres, o que
convivan con familiares que les dan de comer una vez a la semana, que los usan
de cenicero, saco de sparring o muñeca hinchable, pero la realidad es clara:
por pobreza no se separa a los hijos de los padres.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvUqgnFgnNPJThlADaHyhiOvMUpH-Lk1XNQcV8kJKFGfuoYTuzkWzVFlFIlF5P9kTBomWF-iYxeH-qlyc891nAEX4wOtHBg2NbO3x04rn3t4iekcRBber4zd0u_M5ZJJ6yrGobEaaORs-A/s1600/rus.jpg)
Y el cliché de los desvalidos
bebés abandonados al nacer, que no han sufrido y que nos van a adorar en dos
semanas es también un camelo. Esos niños no existen, y si hay alguno está más
que apalabrado. A ver si vas a ser tú más importante que un adoptante francés o
norteamericano, pardillo. No hay oferta real. Uno piensa que hay muchos países
donde realizarse como padre y hacer a la vez una buena obra (ya hemos dicho que
este segundo supuesto es un autoengaño complaciente), pero de los 200 estados que
aproximadamente componen la
Tierra, apenas una docena son –o eran– susceptibles de
proporcionar felicidad humana: Colombia, Brasil, Chile, Vietnam, Filipinas,
Camboya, Tailandia, Etiopía, Rumanía, Rusia, Bulgaria, Ucrania, China, India…
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjajoowpt65sVBfz8_mmMyTqKQ_p3FFuX0amlrNLbClL_4QOgNKURBsJxbY4qhWkwvjUmnALUnnjr_b6ILokmDMhrKMAvJPvZSGE0X3zHWIAnETgMIUwxK3FzwssjYcM_Am3JtyovV0VRFR/s1600/bras.jpg)
Además las reglas han cambiado
mucho. Hasta hace poco China los regalaba. En año y medio te traías una
mocoseta de ojos rasgados y pelo negro y liso. Ahora son 4’5 años y no esperes
bebés. Bueno, existe el camino verde: si te llevas un tarado te lo empaquetan
en pocos meses. En Brasil no contemplan adopción internacional de menores de
dos-tres años. Si quieres algo, en cinco años te proporcionan grupos de
hermanos, pero ya talluditos (de 5 pa’arriba). Que bien pensado… te podrían
entregar a esos mismos hermanitos nada más solicitarlos y tendrían cero años y
te los darían al instante, en lugar de esperar ese lustro a envejecer en el
hospicio y a que tus papeles críen malvas.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8Ri0cQHWZfvjGrGplQj86dSoM-89whkTQpuQnN4571FgUjKf8xqDnz1Tk-oJ_vMcTUF5zro-B0ZF3RHDjju1xXOPiLMf2v9TEc0o8IGyBnQ-8Q7_Y-tDrb6nb4oL6YHSVzl1L3cjqAl-a/s1600/ind.jpg)
Etiopía era una opción rápida y
segura (seis meses), pero el desfalco fue tan excesivo que acabaron cerrando el
grifo. Ahora lo menos están en tres años. Y la mayoría de los países del
sudeste asiático (Tailandia, Filipinas, Vietnam) han chapado también. Por una
temporada o para siempre. Se acabó lo de exportar infancia. Que se pudran en
los orfanatos. El que sea fuerte, sobrevivirá. Si se hace un hijoputa ya es
otra historia, pero eso de vender felicidad familiar a los europeos y
americanos prepotentes se ha terminado. Y en Colombia se ha ralentizado también
el proceso. Échale otros cinco años. En cuanto a los mercados tradicionalmente
más asequibles, Rusia e India, los noreuropeos son de tramitación ágil, pero
hay que ir varias veces. Y el proceso no es muy transparente que digamos, sin
contar con la de problemas de hiperactividad que arrastran los muchachos,
herencia de desayunar con vodka todos los días (la madre, se entiende). Los
indios siguen siendo los más fiables, pero es que tienen un color muy gitano, y
además te los dan con siete años y eso no mola.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgx0PgBjF2GuvNO5gQ7AIxMGmlTm5O5MvYXVKyjuNdPC4HmQelPxNnlNCjGTivgiT_BZCTPsxJq_t3da25LJsBWnpRGt_VrAfsQorLAHBZYnUE3BBoXff8e9jtEmmmxBahPiYI4GXeIng5/s1600/ch.jpg)
Realizarse como padre es uno de
los grandes sueños del hombre. De otro modo, y si no fuera por el gusto que da
mojar el churro, ya nos habríamos extinguido. Pero las adopciones se han
pervertido por culpa de los intereses. Una vez oí que no se buscan hijos para
las familias, sino padres para los niños. Una gran frase, sí, pero por lo que
me dicen mis amigos, que llevan tres años –y los que les quedan– esperando una
llamada, es mentira. Todo es comercio e intereses. Altruismo, cero. A ver quién
tiene cojones de acoger a un crío temporalmente. Si ustedes manejan, y su
conciencia se lo permite, háganse un Miguel Bosé o un Ricky Martin: contraten
un vientre de alquiler y compren a su hijo sin eufemismos. Al final lo barato
resulta demasiado caro. Sobre todo para los niños.