La gente observadora afirma que las situaciones cotidianas están llenas de coincidencias sospechosas, o revelaciones del destino para decantar de un lado decisiones comprometidas. El que quiere, ve indicios por todas partes.
No es pues, de extrañar, que los devotos religiosos vean la cara de Cristo en las manchas de humedad de la pared o en una meada fresca de perro con urgencias o disputas territoriales con otros chuchos de la zona. Si Fulanito quiere comprarse un Seat Lola Goya, todos los vehículos que le atropellarán serán de ese modelo; las mujeres que se ligue se llamaran Dolores o Nekane y la próxima exposición de pintura a la que le inviten será del genio de Fuendetodos.
Las coincidencias existen, pero por cuarenta indicios que vemos hay dos millones de circunstancias que no son indicativas de nada, y por eso mismo no reparamos en ellas. La niña que hizo el amor sin filtro del ídem y la mujer que desea el niño y no le llega perciben lo mismo: la calle está llena de embarazadas y no hay mujer que no tenga bombo o carrito de bebé. Del mismo modo, cuando Zutanita nos cae mal siempre encontraremos excusa para demonizar todo lo que hace, incluso aquellos actos dignos de beatificación; y si es Menganito el evaluado, si nos cae bien desde siempre, a sus maniobras menos glorificantes las aliñaremos con un sinfín de atenuantes. Así, una madre de Menganito y suegra de Zutanita no necesitará hechos, bastará con el preconcepto (seguro que Zutana es en realidad una Fulana que se acuesta con Butano cuando viene a traer la bombona).
Si Rajoy es un inútil todas las cosas malas son herencia de su partido, pero si es Zapatero el incompetente entonces la crisis no existía, la creó él. Y lo mismo con las cadenas de televisión, los productos de Alcampo o la telefonía con Ono. Si estamos empeñados en que algo es bueno/malo, siempre lo será y hallaremos miles de razones para sustentar nuestro juicio. Por eso, cuando viene el iluminado diciendo que va a tocar el 45678 en la lotería del Niño porque su hijo mediano tiene 46 años, se va a jubilar a los 67 y sacó un 8 en el carnet de manipulador de alimentos es una majadería integral –o hay mucho aburrimiento en casa–, porque a) el año pasado tenía 45, que sepamos, y al siguiente, según San Perogrullo, 47; b) ya veremos si se jubila a los 67 o le cae encima una teja pasado mañana; y c) en el carnet de manipulador de alimentos no te ponen nota, sólo apto o no apto.
Las creencias que tenemos son conceptos subjetivos, y hay que relativizarlos y dudar de ellos. Cierto que a veces un ejercicio de fe no viene mal, pero en ocasiones pretender naufragar con nuestro barco como animal acuático o masticar ruedas de molino en la homilía no nos conduce sino a yermos caminos y esfuerzos baldíos. Da igual que te veas gorda o flaca al salir de casa: seguirá habiendo el mismo número de anoréxicas y obesas por la calle. No te creas nada. A mí tampoco.
No es pues, de extrañar, que los devotos religiosos vean la cara de Cristo en las manchas de humedad de la pared o en una meada fresca de perro con urgencias o disputas territoriales con otros chuchos de la zona. Si Fulanito quiere comprarse un Seat Lola Goya, todos los vehículos que le atropellarán serán de ese modelo; las mujeres que se ligue se llamaran Dolores o Nekane y la próxima exposición de pintura a la que le inviten será del genio de Fuendetodos.
Las coincidencias existen, pero por cuarenta indicios que vemos hay dos millones de circunstancias que no son indicativas de nada, y por eso mismo no reparamos en ellas. La niña que hizo el amor sin filtro del ídem y la mujer que desea el niño y no le llega perciben lo mismo: la calle está llena de embarazadas y no hay mujer que no tenga bombo o carrito de bebé. Del mismo modo, cuando Zutanita nos cae mal siempre encontraremos excusa para demonizar todo lo que hace, incluso aquellos actos dignos de beatificación; y si es Menganito el evaluado, si nos cae bien desde siempre, a sus maniobras menos glorificantes las aliñaremos con un sinfín de atenuantes. Así, una madre de Menganito y suegra de Zutanita no necesitará hechos, bastará con el preconcepto (seguro que Zutana es en realidad una Fulana que se acuesta con Butano cuando viene a traer la bombona).
Si Rajoy es un inútil todas las cosas malas son herencia de su partido, pero si es Zapatero el incompetente entonces la crisis no existía, la creó él. Y lo mismo con las cadenas de televisión, los productos de Alcampo o la telefonía con Ono. Si estamos empeñados en que algo es bueno/malo, siempre lo será y hallaremos miles de razones para sustentar nuestro juicio. Por eso, cuando viene el iluminado diciendo que va a tocar el 45678 en la lotería del Niño porque su hijo mediano tiene 46 años, se va a jubilar a los 67 y sacó un 8 en el carnet de manipulador de alimentos es una majadería integral –o hay mucho aburrimiento en casa–, porque a) el año pasado tenía 45, que sepamos, y al siguiente, según San Perogrullo, 47; b) ya veremos si se jubila a los 67 o le cae encima una teja pasado mañana; y c) en el carnet de manipulador de alimentos no te ponen nota, sólo apto o no apto.
Las creencias que tenemos son conceptos subjetivos, y hay que relativizarlos y dudar de ellos. Cierto que a veces un ejercicio de fe no viene mal, pero en ocasiones pretender naufragar con nuestro barco como animal acuático o masticar ruedas de molino en la homilía no nos conduce sino a yermos caminos y esfuerzos baldíos. Da igual que te veas gorda o flaca al salir de casa: seguirá habiendo el mismo número de anoréxicas y obesas por la calle. No te creas nada. A mí tampoco.