sábado, 5 de septiembre de 2009

La muerte y el gore


Hace pocos días debatíamos un grupo de amigos sobre el significado de los extintos rombos televisivos que antañamente jalonaban los ángulos superiores de nuestras aparatosas telefunken. Si bien chivaban la perniciosa presencia de violencia y sexo, siempre pareció la teta más peligrosa que la sangre.

Hoy en día se ha avanzado mucho o poco según el caso. Los desnudos y la sexualidad explícita no han evolucionado sustancialmente, incluso podríamos vaticinar que los filmes eróticos han desaparecido y que su lugar masturbatorio lo ocupan las coreografías coitales que son las películas porno. La violencia, por el contrario, sí ha teñido los plasmas con una viscosidad insospechada, cumpliendo un ceremonioso ritual mortuorio. Sin embargo, relacionar violencia y muerte es a veces un mal negocio.

Cuando yo era niño las películas de aventuras, vaqueros, caballeros, detectives, soldados y espadachines garantizaban un vínculo directo entre acción y defunción. Las espadas mataban y los tiros abatían. Las grandes excepciones un tanto ridículas eran “El coche fantástico” y “El equipo A”, donde siempre conseguían noquear sin herir o atropellar sin fracturar. Mis soldaditos de plástico americanos siempre vencían a los japoneses sin hacer prisioneros, y eso nunca me creó ningún trauma. Tampoco cogía la katana que tenía colgada en mi habitación y me dedicaba a mutilar vagabundos. La muerte en el cine era una cosa y la realidad otra muy seria. Nunca oí de nadie que mezclara ambas cosas.

De repente aparece la violencia adscrita a la muerte, y lo que antes se filmaba con un tiro y un bandido que caía al suelo, ahora es un primer plano de una frente chorreante de tomate y unos ojos perdidos entre el horror del túnel y el dolor insufrible de sentir los sesos quemarse. Ya en westerns como “Hasta que llegó su hora” cambiaban los nobles disparos sin mancha de “Los siete magníficos” por balazos en el ojo a quemarropa. Ejemplos no faltan, e incluso trilogías tan famosas e inocentes como “Star Wars” insinuaban una enfermiza obsesión por la amputación de brazos a golpe de sable láser.

Otros casos sorprendentes son el anime “Los caballeros del Zodiaco” con su multiderrame de leucocitos o los largos de Tarantino y compañía tipo “Kill Bill”, “Pulp Fiction” o “Desperado”.

La muerte es, existe y vivimos con ella. Se hace necesario aceptarla como soportamos los ladridos del perro del vecino o los lunes por la mañana. Simplemente va incluido en el precio de vivir. Lo que es gratuito es verla de cerca y con saña, oler la carne chamuscada de los quemados en un incendio o recrearnos en el tetris de carne y hierros que forman los accidentes de tráfico. Todo eso sabemos que está ahí, pero alguna gente especialmente vulnerable no debería transformar su morbosa curiosidad en pesadillescos recuerdos, porque luego pasa lo que pasa. Las guerras, los descuartizamientos y las torturas son asuntos demasiado graves para mostrarlos con alegría y rigor informativo, simplemente porque hay que tener la cabeza muy buen puesta para observar todo eso y dormir bien, o no empezar a destripar gatos en el callejón. Una vez más, parece que el cómo se dice es mucho más relevante que el qué se dice.

4 comentarios:

  1. Se te olvidó mencionar los informativos, que tp se corta muchas veces para ponerte la sangre y el morbo cada vez que pueden... Qué mñitico el multiderrame de leucocitos de los caballeros del zodiaco y me ha hecho mucha gracia lo de "Las grandes excepciones un tanto ridículas eran “El coche fantástico” y “El equipo A”, donde siempre conseguían noquear sin herir o atropellar sin fracturar"... jejeje

    dirty saludos¡¡¡¡

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  2. Y cuando vas al cine y ves películas un poquito "desagradables" por la cantidad de escenas explícitas que te ponen, con gente perdiendo la cabeza (en el sentido literal), arrancándose órganos y muriendo de las formas más horribles inimaginables no puedes más que hacer una mueca de horror y apartar la vista.

    Lo realmente horripilante del tema es que dos o tres butacas delante tuya hay un tío partiéndose de risa con cada nueva "tortura visual que ve". Sinceramente, no me parece gracioso ver como alguien muere descuartizado...

    En fin, para gustos los colores.

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  3. Pero que dices, hombre, que los mondongos estan de puta madre!

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  4. Ciertamente con las pelis de "miedo" se ha evolucionado de insinuar para que la mente de cada cual recree el horror a la recreación de la escena de forma explícita sin evitar sangre, visceras ni menudillo que valga.

    Personalmente mi evolución en dicha temática ha ido a la inversa, ya que antes me tragaba casi todo lo que sonaba a terror y tensión pero ahora me basta con pelis de realización inteligente y más tirando a comedia tipo "The Zombies Party" y demas... la edad no perdona.

    Un saludo.

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