Olé tus huevos. Hace falta tener cojonazos para abanderar la ecobiodegradabilidad después de haberla plastificado durante una cuarentena de años, y más cuando los únicos verdaderos motivos de tamaño vuelco son estrictamente económicos.
Durante lustros nos han vendido los compuestos plásticos cómo paradigma de desarrollo y progreso: barato, higiénico, impermeable, práctico, global. Las plasticosas bolsas desbancaron al voluminoso carro de tela y al envoltorio pobretón de estraza. Su funcionalidad se ha expandido hacia las misiones más insospechadas: Continente de desperdicios varios, cesto improvisado de moras, hato de alimentos, cubreescayolas de ducha, ingente despensa móvil de arroces matrimoniales, paraguas de emergencia, asfixiador de jefes, esposas y millonarios, guardapolvo de ropajes invernales, sufrido cofre de juguetes, impermeable de sudorosas mudas, suculento plato de migas para palomas, etc.
Que de repente las bolsas sean malas me resulta extraño. Primero, porque durante toda mi vida han sido buenas. Segundo, porque no son nocivas en sí; es el ser humano el que las convierte en desecho inmortal por un uso inadecuado de las mismas. Y si no, qué esperan para equiparar la energía nuclear, los pañales de bebé y el red bull a la categoría de productos fecales.
Carrefour no lucha contra la contaminación, lucha contra la imagen de racanería que va a producir su decisión de sustituir sus muchas aunque baratísimas bolsas de plástico por papel de cobro al consumidor. Que nadie se lleve a engaño. Éstos buscaban reducir costes. Y la única manera de prescindir de un servicio al cliente es vestirlo de buenas intenciones mediante una muy oportunista campaña de marketing. El medio ambiente les importa un carajo.
Los envases de polietileno y compañía seguirán precintando besugos, patés, cereales, juguetes, condones, móviles, folios, lejías, revistas, papayas y cuchillas de afeitar. Si hasta las muñecas hinchables son de látex. El plástico no contamina, lo hace el hombre. Y si Carrefour ya no me proporciona bolsas para echar la basura compraré en Mercadona o acudiré a las negras de toda la vida, pero pienso seguir consumiendo el mismo mundo plastificado que me han vendido hasta ahora.
Durante lustros nos han vendido los compuestos plásticos cómo paradigma de desarrollo y progreso: barato, higiénico, impermeable, práctico, global. Las plasticosas bolsas desbancaron al voluminoso carro de tela y al envoltorio pobretón de estraza. Su funcionalidad se ha expandido hacia las misiones más insospechadas: Continente de desperdicios varios, cesto improvisado de moras, hato de alimentos, cubreescayolas de ducha, ingente despensa móvil de arroces matrimoniales, paraguas de emergencia, asfixiador de jefes, esposas y millonarios, guardapolvo de ropajes invernales, sufrido cofre de juguetes, impermeable de sudorosas mudas, suculento plato de migas para palomas, etc.
Que de repente las bolsas sean malas me resulta extraño. Primero, porque durante toda mi vida han sido buenas. Segundo, porque no son nocivas en sí; es el ser humano el que las convierte en desecho inmortal por un uso inadecuado de las mismas. Y si no, qué esperan para equiparar la energía nuclear, los pañales de bebé y el red bull a la categoría de productos fecales.
Carrefour no lucha contra la contaminación, lucha contra la imagen de racanería que va a producir su decisión de sustituir sus muchas aunque baratísimas bolsas de plástico por papel de cobro al consumidor. Que nadie se lleve a engaño. Éstos buscaban reducir costes. Y la única manera de prescindir de un servicio al cliente es vestirlo de buenas intenciones mediante una muy oportunista campaña de marketing. El medio ambiente les importa un carajo.
Los envases de polietileno y compañía seguirán precintando besugos, patés, cereales, juguetes, condones, móviles, folios, lejías, revistas, papayas y cuchillas de afeitar. Si hasta las muñecas hinchables son de látex. El plástico no contamina, lo hace el hombre. Y si Carrefour ya no me proporciona bolsas para echar la basura compraré en Mercadona o acudiré a las negras de toda la vida, pero pienso seguir consumiendo el mismo mundo plastificado que me han vendido hasta ahora.
Bueno0 ha veces cuando vemos buenas acciones, no hay que pararse a marear la perdiz y ver si en ello se encierra algo personal o económico,pues mietras se haga el bien¿qué más da?Antes decían que se podían comer sólo dos huevos por semana..ahora mientras no se coma la yema hasta ocho sepueden...que el pan engordaba...ahora ya no...es cuestión de nuevas investigaciones y con ello más avances.
ResponderEliminarAcostumbremonos a llevar nuestras bolsitas o carro de tela y a convivir todos felices...
Besos y gracias por pasarte por mi blog.
Lo que mas me ha gustado es el dibujo de arriba¡¡¡¡ Qué bueno¡¡¡¡ Yo estoy de acuerdo en que en realidad, si usas las bolsas adecuadamente y no se te ocurre tirarlas al agua, al campo...no son peligrosas. Los peligrosos somos los seres humanos "unineuronales" pero, aunque lo hagan por dinero, QUE YO TAMBIÉN LO CREO, la verdad es que habrá que acostumbrarse y pensar que está mejor así. Mercadona hará lo mismito...
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarUn saludo
Tema peliagudo... A mí me parecería perfecto que todos volvieramos al carro de la compra como ante... Aunque claro, no pongo en duda que a Carrefour y a otras tantas compañías le dé lo mismo el medio ambiente...
ResponderEliminardirty saludos¡¡¡
me parece muy bien... total yo (como casi todos) no tengo hijos ni los tendré, por lo tanto, que el mundo se vaya al carajo... y eso que dice Nykaa, de que es cuestión de avances, lo dudo mucho... la bolsa de plástico fue considerada un gran avance en su momento y ahora resulta que va a ser uno de los 4 jinetes del Apocalipsis, hoy dicen
ResponderEliminarlo mismo de la computadora que estoy usando para escribir este comentario (y es verdad, está llena de sustancias nocivas que en dos años van a acabar en un río o en el mar porque me voy a comprar una más pequueña y de otro color)
un abrazo a todos
bueno komo ves ya me he pasado a verte. está de p.m. a ver si sigues asi
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