La
enésima aventura científico-ficticia de Thomas Cruise Mapother IV mezcla a
partes iguales una acertada puesta en escena del protagonista, enfatizada de
coherencia y veracidad, con el trilladísimo recurso de llegar a un punto muerto
en el futuro y repetirlo hasta que se soluciona el problema.
A
favor del filme de Doug Liman, basado en la novela All You Need Is Kill de Hiroshi
Sakurazakaba, destacan las gotas de humor negro con las que aderezan cada uno
de los nuevos amaneceres, sin dejar que el tono sarcástico estropee el ritmo
trepidante, pausado a veces, sin espacio para el aburrimiento o el aturdimiento
escenográfico. También se agradece un Tom Cruise que no nace como héroe, sino
que se va haciendo a fuerza de ensayo-error en un atracón reiterado del día de
la marmota.
El
comandante William Cage es un portavoz del ejército americano con tantas dotes
para la persuasión como carencias para el combate. Cuando es inexplicablemente
enviado a primera línea de ataque en un nada velado homenaje al Desembarco en
Normandía con su propia playa de Omaha futurista y un resultado bastante más
incierto, la desubicación del personaje resulta tan evidente que el espectador
agradece la empatía que se establece con el ciudadano medio. ¿Quién no se ha
sentido alguna –o muchas veces– absolutamente superado por unas circunstancias ajenas
a su coyuntura habitual? Pese a su nulo adiestramiento e instrucción militar, Cruise
consigue aguantar hasta una inmolación cuya casuística le hace quedar atrapado
en un bucle temporal. Obligado a reiniciar el día cada vez que muere, y solo
por repetición –la habilidad del torpe–, Cage va superando situaciones
comprometidas, hasta que encuentra en Emily Blunt todas las respuestas a sus
porqués, salvo al “cómo se quita el seguro”, chascarrillo que satura el primer
cuarto de la cinta.
En
general estamos ante una película bélica, bien condimentada con los must have del nuevo milenio:
exoesqueletos y alienígenas heredados de Alien, rebobinado argumental a la
carta mediante repetición de secuencias ya vividas fracasadamente, ritmo
acelerado y desafección heroica. La frialdad entre los protagonistas parece
aportar lógica y realismo a las relaciones entre soldados, y en ese sentido es
un acierto, a mi entender, frente a los que abogan por un final romántico made
in Hollywood. En todo caso, un amago de romance intenta dejar a todos contentos
sin agradar plenamente a nadie.
Las
secuencias de acción y efectos especiales, que es lo que se les pide a este
tipo de productos, no defraudan en absoluto, aunque pasemos por los mismos
sitios una y otra vez. La resolución de los caminos de no retorno recuerda a
veces a la estética de un videojuego, pero sin llegar a abusar del mecanismo de
game over / insert coin.
En
conclusión, un futuro clásico para el subgénero de los bucles temporales, donde
acumulará el mismo polvo en la estantería que Código Fuente, Atrapado en el tiempo o Looper. Imperdible para los amantes del cine fantástico y fanáticos
de Tom Cruise, y prescindible para el resto de los espectadores, aunque a buen
seguro pasarán un buen rato.
Tengo que verla. Buena crítica.
ResponderEliminar