Era una tarde cualquiera cuando LA PEREZA se levantó de la cama quejosa por unas voces que turbaban su merecido descanso. Reunió fuerzas de flaqueza y consiguió cotillear por la ventana. Abajo en la acera revoloteaba un populoso corrillo de personajes. LA CURIOSIDAD no paraba de preguntar ansiosa: "¿Qué ha pasado, qué ha pasado?" LA MARUJEZ le contestó: "Cualquier cosa y nada bueno, cariño. Ha pasado lo que tenía que pasar. Si es que ya lo sabía yo que en este barrio iba a ocurrir una desgracia." LA MESURA la interrumpió con suavidad: "Bueno, bueno, vamos a esperar la confirmación oficial. No especulemos." Por fin llegó LA JUSTICIA y todos hicieron pasillo para que la autoridad pudiera inspeccionar el cadáver. A todo esto LA PEREZA ya estaba en la calle, sólo le había llevado treinta y cinco minutos bajar diecinueve peldaños. EL COTILLEO no paraba de susurrar: "Han asesinado a LA AMISTAD, la han abierto en canal." LA HIPOCRESÍA lloraba desconsolada: "ay pobre, ay pobre." LA DUDA miraba con incredulidad: "Pero, ¿seguro que está muerta?" LA CIZAÑA acusaba sin fundamento: "Ha sido EL AMOR, ha sido EL AMOR." LA ENVIDIA lo corroboró: "Sí, yo lo he visto, yo lo he visto. ¡Ha sido el malvado del AMOR!"
"Joder", dijo LA JUSTICIA, "esto se complica. Pues yo no voy a condenar sin pruebas. ¿Qué hago?" "Pues está claro", dijo LA SUPERFICIALIDAD: "el que tenga las manos rojas o esconda la mirada es el culpable." Todos miraron a LA TIMIDEZ. LA IGNORANCIA fue la primera en acusar: "LA TIMIDEZ, LA TIMIDEZ ha sido." LA DUDA volvió a intervenir: "¿seguro?" "Sí, seguro, seguro", dijo LA ANSIEDAD mordiéndose las uñas entre pitillo y pitillo. "A la horca con ella." LA JUSTICIA pidió silencio. "A ver, TIMIDEZ, ¿has sido tú? TIMIDEZ, TIMIDEZ, coño, que te estoy hablando." Por fin respondió la pobre niña. "No sé, no." LA IMPACIENCIA replicó con vehemencia: "Pero vamos a ver, chatina, has matado a LA AMISTAD o no has matado a LA AMISTAD? Que no pasa nada, pero hay que decirlo." LA TERNURA abrazó a LA TIMIDEZ con delicadeza mientras EL VALOR apostillaba: "mira, TIMIDEZ, si has sido tú tienes que dar la cara, ¿vale?" LA EMPATÍA empujó a los que agobiaban a LA TIMIDEZ con arrojo. "¿Pero no véis que está aterrorizada? ¿No os dáis cuenta, zoquetes, que la pobre niña no ha hecho nada y la estáis matando a sospechas? ¡Qué panda de porculeros que sois!" LA CIZAÑA y LA ENVIDIA volvieron con lo suyo: "Ha sido EL AMOR, ha sido EL AMOR! Lo ha hecho por celos! Y por ENVIDIA!" "Mira quién habla", dijo LA ASERTIVIDAD. "Calma", dijo LA PACIENCIA. De repente, un chillido grave calló a todos. Era EL ORDEN pidiendo la palabra. "A ver, zenutrios, lo primero, callarsus. Lo segundo, LA JUSTICIA instruye el caso. Lo tercero, hay que pedir consejo a LA SABIDURÍA. Después, si hay acusado, se hará un juicio. LA VERDAD será el testigo pues seguro que sabe algo. LA PERSPICACIA será el defensor y el PESIMISMO el fiscal, seguro que encuentra razones de peso para condenar." EL OPTIMISMO saltó: "si mi gemelo es la acusación yo quiero ser la defensa, seguro que ganamos." "A ver, melón", dijo LA LÓGICA, "¿no ves que eres muy feliz para un juicio de verdad?" LA PLANIFICACIÓN espetó con seriedad: "Si todo esto está muy bien, pero dónde está LA VERDAD? Se os olvida que viaja por libre y aparece cuando le apetece, como LA CAPRICHOSIDAD."
Por fín salieron al campo, hasta una ermita recóndita y humilde donde moraba LA SABIDURÍA. LA OPULENCIA no paraba de pensar: "qué desperdicio, con lo que podría presumir en la ciudad este vejete sapiencial." LA HUMILDAD se abrazó a LA SABIDURÍA, pues eran hermanos de sangre. También LA HIPOCRESÍA besó al anciano, con aspavientos sobreactuados. LA COMUNICACIÓN contó los hechos mientras LA AGRESIVIDAD le tapaba la boca al COTILLEO. LA MARUJEZ se fue a hacer empanadillas, pero le dejó el número de móvil a LA SUPERFICIALIDAD, que no paraba de llamar cada dos minutos.
Se hizo un pequeño consejo de sabios formado por LA JUSTICIA, LA VERDAD, LA SABIDURÍA, LA INTELIGENCIA, LA MALDAD, LA DUDA y LA PERSPICACIA. Pese a que LA MALDAD insistía en que EL AMOR había asesinado cruelmente a LA AMISTAD porque no había espacio para los dos entre las personas, el resto cuestionaban su veredicto. Por fin se decretó llevar al AMOR a juicio, debido al peso de la MALDAD, LA CIZAÑA, LA ENVIDIA, LA NEGATIVIDAD, EL ODIO y LA MUERTE. LA SABIDURÍA, no obstante, cogió aparte a LA PERSPICACIA y le dijo: "llévate al VALOR, a LA CONSTANCIA y a LA RESOLUCIÓN y encuentra a LA VERDAD. Su testimonio es básico. La encontrarás preguntando a LA MENTIRA. Tú sabrás interpretar sus palabras, hijo." "Gracias, maestro, haré lo que pueda." "Lo sé", dijo LA SABIDURÍA gravemente.
LA MENTIRA juró y perjuró que LA VERDAD estaba en su propia casa, pues eran hermanas gemelas. Sin embargo, no pudieron encontrarla allí. Por fín la PERSPICACIA lo entendió. "¡Recarámbanos! Ya sé dónde está. Pronto, RESOLU, traeme un mapa cartográfico y un compás, y avisa a la VELOCIDAD, le espera un largo viaje."
El juicio contra EL AMOR iba de puta pena. Las conjeturas de LA MAQUINACIÓN y del PESIMISMO parecían irrefutables. LA GROSERÍA no paraba de silbar y jalear: "¡Que te jodan, AMOR, que te jodan!" LA JUSTICIA estaba hecha un lío. Sentía que EL AMOR no había matado a LA AMISTAD, por muchos datos y teorías que aportaran LA CONFUSIÓN y EL ENGAÑO.
Por fin aparecieron EL VALOR, LA RESOLUCIÓN, LA CONSTANCIA, LA PERSPICACIA, LA VELOCIDAD y la ansiada VERDAD. LA SABIDURÍA sonrió quedamente, con leve síntoma de agotamiento y alivio a un tiempo. Cuando habló LA VERDAD, se hizo un silencio místico:
"Muy bien, amigos, muy bien. Matan a LA AMISTAD y se os ocurre llevar a juicio al AMOR. ¿Pero estáis tontos o qué? A mí no se me escapa una." Los presentes bajaron la mirada avergonzados hasta el corvejón. "Y ahora os diré que no fue una persona quién mató a la amistad. Fueron varias. Dad un paso al frente cuando os nombre, cretinos inmundos. EL ORGULLO. Eráis inseparables, y ahora conspiraste con otros para acabar con ella. Y todo por tu vanidad. No tienes perdón. LA PEREZA. Estabas roncando en tu sofá, pero bien que tuviste tiempo anoche para bajar a la calle y apuñalarla, cobarde. EL ODIO. Tú eres el máximo culpable. Arengaste a todos para quitarle la vida a LA AMISTAD como Bruto hiciera con Julio César. Mereces quererte a ti mismo hasta que revientes de asco. LA HIPOCRESÍA. Conseguiste que LA AMISTAD saliera a la calle con tus zalamerías, y allí os lo cargásteis. LA MALDAD. No te fue difícil trazar el plan. Además eres íntimo del brazo ejecutor, tu amigo el oscuro segador." Los presentes miraron al esqueleto encapuchado con la guadaña. "Así es, señores, LA MUERTE asesinó a LA AMISTAD con su enorme apero de segar. Los otros la hirieron con sus puñales, pero ella lo remató para siempre." Se hizo un gran murmullo, y el revuelo continuó hasta que EL SILENCIO se levantó con gesto serio. Todos respetaron su flema.
El jurado eran EL SENTIDO COMÚN y LA OBJETIVIDAD. Todos los acusados por LA VERDAD fueron procesados y llevados a prisión. LA CURIOSIDAD, que ya había cumplido pena hace años por matar al gato, quiso saber dónde habían hallado a LA VERDAD. "Fácil", dijo LA PERSPICACIA, "en el punto opuesto de la tierra de dónde dijo LA MENTIRA. LA VELOCIDAD la ha traído hasta aquí en tiempo record."
Unos meses después se supo que LA AMISTAD había renacido de un abrazo que se habían dado EL AMOR y LA BONDAD, y todos se regozijaron con gran alborozo, felicitando al TIEMPO, el gran artífice. Pero no todo fue bueno. También se supo que EL ORGULLO, EL ODIO, LA HIPOCRESÍA, LA MALDAD y LA MUERTE habían eludido las instalaciones penitenciarias, y LA PEREZA, aunque nunca salió de allí, tenía familia por todas partes.
EL AMOR y LA AMISTAD retomaron una extraña relación. Él la quería a morir y ella a él tan sólo como amigo. Y desde ese día, tan pronto se montan un trío con LA LUJURIA como se emborrachan juntos hasta que LA DECENCIA les encorre con la escoba.
LA MENTIRA
"Joder", dijo LA JUSTICIA, "esto se complica. Pues yo no voy a condenar sin pruebas. ¿Qué hago?" "Pues está claro", dijo LA SUPERFICIALIDAD: "el que tenga las manos rojas o esconda la mirada es el culpable." Todos miraron a LA TIMIDEZ. LA IGNORANCIA fue la primera en acusar: "LA TIMIDEZ, LA TIMIDEZ ha sido." LA DUDA volvió a intervenir: "¿seguro?" "Sí, seguro, seguro", dijo LA ANSIEDAD mordiéndose las uñas entre pitillo y pitillo. "A la horca con ella." LA JUSTICIA pidió silencio. "A ver, TIMIDEZ, ¿has sido tú? TIMIDEZ, TIMIDEZ, coño, que te estoy hablando." Por fin respondió la pobre niña. "No sé, no." LA IMPACIENCIA replicó con vehemencia: "Pero vamos a ver, chatina, has matado a LA AMISTAD o no has matado a LA AMISTAD? Que no pasa nada, pero hay que decirlo." LA TERNURA abrazó a LA TIMIDEZ con delicadeza mientras EL VALOR apostillaba: "mira, TIMIDEZ, si has sido tú tienes que dar la cara, ¿vale?" LA EMPATÍA empujó a los que agobiaban a LA TIMIDEZ con arrojo. "¿Pero no véis que está aterrorizada? ¿No os dáis cuenta, zoquetes, que la pobre niña no ha hecho nada y la estáis matando a sospechas? ¡Qué panda de porculeros que sois!" LA CIZAÑA y LA ENVIDIA volvieron con lo suyo: "Ha sido EL AMOR, ha sido EL AMOR! Lo ha hecho por celos! Y por ENVIDIA!" "Mira quién habla", dijo LA ASERTIVIDAD. "Calma", dijo LA PACIENCIA. De repente, un chillido grave calló a todos. Era EL ORDEN pidiendo la palabra. "A ver, zenutrios, lo primero, callarsus. Lo segundo, LA JUSTICIA instruye el caso. Lo tercero, hay que pedir consejo a LA SABIDURÍA. Después, si hay acusado, se hará un juicio. LA VERDAD será el testigo pues seguro que sabe algo. LA PERSPICACIA será el defensor y el PESIMISMO el fiscal, seguro que encuentra razones de peso para condenar." EL OPTIMISMO saltó: "si mi gemelo es la acusación yo quiero ser la defensa, seguro que ganamos." "A ver, melón", dijo LA LÓGICA, "¿no ves que eres muy feliz para un juicio de verdad?" LA PLANIFICACIÓN espetó con seriedad: "Si todo esto está muy bien, pero dónde está LA VERDAD? Se os olvida que viaja por libre y aparece cuando le apetece, como LA CAPRICHOSIDAD."
Por fín salieron al campo, hasta una ermita recóndita y humilde donde moraba LA SABIDURÍA. LA OPULENCIA no paraba de pensar: "qué desperdicio, con lo que podría presumir en la ciudad este vejete sapiencial." LA HUMILDAD se abrazó a LA SABIDURÍA, pues eran hermanos de sangre. También LA HIPOCRESÍA besó al anciano, con aspavientos sobreactuados. LA COMUNICACIÓN contó los hechos mientras LA AGRESIVIDAD le tapaba la boca al COTILLEO. LA MARUJEZ se fue a hacer empanadillas, pero le dejó el número de móvil a LA SUPERFICIALIDAD, que no paraba de llamar cada dos minutos.
Se hizo un pequeño consejo de sabios formado por LA JUSTICIA, LA VERDAD, LA SABIDURÍA, LA INTELIGENCIA, LA MALDAD, LA DUDA y LA PERSPICACIA. Pese a que LA MALDAD insistía en que EL AMOR había asesinado cruelmente a LA AMISTAD porque no había espacio para los dos entre las personas, el resto cuestionaban su veredicto. Por fin se decretó llevar al AMOR a juicio, debido al peso de la MALDAD, LA CIZAÑA, LA ENVIDIA, LA NEGATIVIDAD, EL ODIO y LA MUERTE. LA SABIDURÍA, no obstante, cogió aparte a LA PERSPICACIA y le dijo: "llévate al VALOR, a LA CONSTANCIA y a LA RESOLUCIÓN y encuentra a LA VERDAD. Su testimonio es básico. La encontrarás preguntando a LA MENTIRA. Tú sabrás interpretar sus palabras, hijo." "Gracias, maestro, haré lo que pueda." "Lo sé", dijo LA SABIDURÍA gravemente.
LA MENTIRA juró y perjuró que LA VERDAD estaba en su propia casa, pues eran hermanas gemelas. Sin embargo, no pudieron encontrarla allí. Por fín la PERSPICACIA lo entendió. "¡Recarámbanos! Ya sé dónde está. Pronto, RESOLU, traeme un mapa cartográfico y un compás, y avisa a la VELOCIDAD, le espera un largo viaje."
El juicio contra EL AMOR iba de puta pena. Las conjeturas de LA MAQUINACIÓN y del PESIMISMO parecían irrefutables. LA GROSERÍA no paraba de silbar y jalear: "¡Que te jodan, AMOR, que te jodan!" LA JUSTICIA estaba hecha un lío. Sentía que EL AMOR no había matado a LA AMISTAD, por muchos datos y teorías que aportaran LA CONFUSIÓN y EL ENGAÑO.
Por fin aparecieron EL VALOR, LA RESOLUCIÓN, LA CONSTANCIA, LA PERSPICACIA, LA VELOCIDAD y la ansiada VERDAD. LA SABIDURÍA sonrió quedamente, con leve síntoma de agotamiento y alivio a un tiempo. Cuando habló LA VERDAD, se hizo un silencio místico:
"Muy bien, amigos, muy bien. Matan a LA AMISTAD y se os ocurre llevar a juicio al AMOR. ¿Pero estáis tontos o qué? A mí no se me escapa una." Los presentes bajaron la mirada avergonzados hasta el corvejón. "Y ahora os diré que no fue una persona quién mató a la amistad. Fueron varias. Dad un paso al frente cuando os nombre, cretinos inmundos. EL ORGULLO. Eráis inseparables, y ahora conspiraste con otros para acabar con ella. Y todo por tu vanidad. No tienes perdón. LA PEREZA. Estabas roncando en tu sofá, pero bien que tuviste tiempo anoche para bajar a la calle y apuñalarla, cobarde. EL ODIO. Tú eres el máximo culpable. Arengaste a todos para quitarle la vida a LA AMISTAD como Bruto hiciera con Julio César. Mereces quererte a ti mismo hasta que revientes de asco. LA HIPOCRESÍA. Conseguiste que LA AMISTAD saliera a la calle con tus zalamerías, y allí os lo cargásteis. LA MALDAD. No te fue difícil trazar el plan. Además eres íntimo del brazo ejecutor, tu amigo el oscuro segador." Los presentes miraron al esqueleto encapuchado con la guadaña. "Así es, señores, LA MUERTE asesinó a LA AMISTAD con su enorme apero de segar. Los otros la hirieron con sus puñales, pero ella lo remató para siempre." Se hizo un gran murmullo, y el revuelo continuó hasta que EL SILENCIO se levantó con gesto serio. Todos respetaron su flema.
El jurado eran EL SENTIDO COMÚN y LA OBJETIVIDAD. Todos los acusados por LA VERDAD fueron procesados y llevados a prisión. LA CURIOSIDAD, que ya había cumplido pena hace años por matar al gato, quiso saber dónde habían hallado a LA VERDAD. "Fácil", dijo LA PERSPICACIA, "en el punto opuesto de la tierra de dónde dijo LA MENTIRA. LA VELOCIDAD la ha traído hasta aquí en tiempo record."
Unos meses después se supo que LA AMISTAD había renacido de un abrazo que se habían dado EL AMOR y LA BONDAD, y todos se regozijaron con gran alborozo, felicitando al TIEMPO, el gran artífice. Pero no todo fue bueno. También se supo que EL ORGULLO, EL ODIO, LA HIPOCRESÍA, LA MALDAD y LA MUERTE habían eludido las instalaciones penitenciarias, y LA PEREZA, aunque nunca salió de allí, tenía familia por todas partes.
EL AMOR y LA AMISTAD retomaron una extraña relación. Él la quería a morir y ella a él tan sólo como amigo. Y desde ese día, tan pronto se montan un trío con LA LUJURIA como se emborrachan juntos hasta que LA DECENCIA les encorre con la escoba.
LA MENTIRA
Muy ocurrente!! Me ha gustado mucho.
ResponderEliminar¿Es tuyo este cuento? Es muy chulo.
ResponderEliminarme ha encantado,esto también es tuyo?
ResponderEliminarBueno, iba a ser un alegato de amistad perdida cuando llega el amor, pero al final se ha quedado en este formato. Es original aunque claramente inspirada en "¿Por qué el amor es ciego?"
ResponderEliminarUn saludo y gracias por leer este espacio.
Muy bonito
ResponderEliminar¿Y POR QUÉ EL VIDEO MATÓ A LA ESTRELLA DE LA RADIO?
ResponderEliminarUN SALUDO Y A VER SI TE ANIMAS
Mucho me temo que son los Buggles quienes deberían escribir ese relato y no yo, pero me pensaré el "El MP3 asesinó al WAV con saña".
ResponderEliminarUn abrazo
Muy majo, muy majo. A ver cuando te dedicas a escribir en papel, que yo te leo. Un besico
ResponderEliminarBuahhhh, que chulada. Deberías registralo o te lo quitarán.
ResponderEliminarUn besazo muy grande.
Qué ingenioso¡
ResponderEliminarInteresante, interesante, maese drywater
ResponderEliminarPodrías escribir algo sobre la curiosidad mató al gato.
ResponderEliminarBuenísimo
ResponderEliminarEstá muy bien, pero ¿dónde están la DESIDIA, la PREPOTENCIA, la MOJIGATERÍA y el RUBOR? O es que les da pereza, chulería, timidez y verguenza salir?
ResponderEliminarBss
que tremendo jejejeje buen cuento.
ResponderEliminarMuy ingenioso y gracioso a la vez.
Un saludo.