El otro día casi me muero de tedio. Estaba viendo unos preciosos comerciales sobre coches eléctricos, detergente anticaspa y yogures sin cuajo cuando empezaron a taladrarme con sempiternos episodios de todo tipo: que si el Águila Roja, que si el Doctor Mateo, Aída por aquí, Los Tudor por allá. Lo menos estaban diez minutos dando la chapa. Y yo que quería ver mis anuncios en paz, ¡me tuve que tragar toda aquella bazofia!
Yo comprendo que las televisiones necesitan los dineros de los actores para vivir y por eso publican sus mierdas, pero es que los espectadores ponemos la tele para ver publicidad, no para indigestarnos de adolescentes gafotas volando en escoba o anafrodisiacos partidos de balompié. Queremos anuncios, no monsergas. El que quiera aburrirse hasta el hara-kiri, que se ponga un DVD. Luego dirán que hay que fomentar el consumo.
Si es que entre tanda y tanda de anuncios te da tiempo a dormir una cabezadita con tanto programa...
ResponderEliminarJajaja, una crítica brillante ;)
ResponderEliminarUn abrazo fuerte Dry, estoy de nuevo por aquí y con energías renovadas tras las vacaciones!!
Manu UC.
Ya no puedes ver a los guapos niños prodigio de los anuncios de ColaCao tranquilamente. Ni a la Sara Carbonero moviendo su melena con el champú Pantene. O disfrutar con el estilo de la Lomana y sus hamburguesas mientras esta en una bañera. Ni siquiera eso nos dejan Dry, ni siquiera eso.
ResponderEliminarAbrazos y disculpa mi ausencia.
What's up Dry?
ResponderEliminarSabes , el otro día me indigné casi tanto como tú al ver una patata frita en mi bolsa de aire de Matutano...
En nombre de todos tus pimientos: se sabe ya tu destino??????
Un abrazo!