viernes, 25 de diciembre de 2009

En estas fechas tan entrañables

En estas fechas tan entrañables… ¿qué? Sea bueno, déle un turrón al pobre después de gastar 500 euros en banalidades y váyase a su casa a atiborrarse de langostinos, pavo y cava.
Es triste pero es así. La Navidad es la época del año en que menos reparamos en lo injustos que somos. Nuestros buenos deseos generalmente sólo alcanzan a aquellos que nos importan, les haga falta o no. Por otro lado, sería inviable plantearse unas navidades caritativas: hay tanta pobreza que ni nuestras saneadas tarjetas podrían solventar semejantes papeletas. Parece por tanto que es mejor llenarnos de un espíritu navideño de corto alcance que llegue para los sobrinos y para no decirle a la cuñada que se ha puesto hecha una foca. ¿A quién no le gusta sentirse generoso, regalar cuatro chuminadas y sentir cómo una fuerza superior mal entendida como generosidad o bondad le hincha el ego y lo recubre de épica?
No cabe ninguna duda que en el momento que se cuantificó el amor a los demás por la cantidad de euros que nos gastábamos en sus regalos los buenos sentimientos se pervirtieron, cubriéndose además de sospechosas intenciones. Esta bacanal le va que ni pintada a comercios y marcas, pero oculta lo que de verdad importa: el bienestar de las personas, la felicidad global de gentes, especies y razas más allá de sus posibilidades o insatisfacciones, el progreso de los pueblos y no de los países. Un montón de cosas que suenan a demagogia de tanto que las hemos manoseado sin darles soluciones. Con nuestra conmiseración no saldrán de su peliaguda situación. Escribiendo esto tampoco, pero al menos, que se sepa que pienso en ello, y no por aliviar mi atormentada conciencia. Simplemente pienso que la felicidad debería garantizarse de serie a los que no tienen medios para comprarla como nosotros.

7 comentarios:

  1. Yo cada Navidad pido que me quede como estoy. Si alguna vez he pedido otro deseo, no se ha cumplido.

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  2. Para mí la navidad ha perdido todo su encanto. Los niños aún la disfrutan, pero no como lo hacíamos nosotros hace ya bastantes años. Y la cosa va a peor.

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  3. En una casa donde no hay niños, la Navidad no es tan bonita.

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  4. Feliz Navidad a ti también. Q no se apodere de ti el consumismo extremo de estas fechas;P. Un besote.... de vaka!!;)

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  5. Pues.... ya se han acabado estas fechas tan entrañables.

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  6. Jo¡¡¡ Parece que ya ha pasado un siglo desde las últimas navidades. A mi si que me gustan: los regalos, las comidas, la familia...

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