La educación en España se ha
convertido en un asunto de Estado, no tanto por la importancia y trascendencia
de la materia como por su repercusión mediática y réditos políticos. Mientras
unos y otros la utilicen como moneda de cambio u arma arrojadiza en busca de
votos será tan nociva como una custodia de hijos entre padres divorciados por
las malas, que al final siempre pierde el niño.
Partiendo de que el sistema
educativo es malo, bastante, ¿qué es lo que falla? La respuesta es a la vez
sencilla y compleja: falla todo. Lo único en lo que no nos pondremos de acuerdo
es en el porcentaje de culpa que tiene cada uno.
Empezando por la cúpula, que lo
mismo se podría hacer por las tizas, un ministro que nunca ha estado en un aula
de primaria o secundaria no sabe de qué va el asunto. Un licenciado en derecho
y profesor de universidad no está en absoluto cualificado para legislar en
materia educativa. Partiendo de que las mayores dificultades se presentan en la ESO, haría falta situar al
frente de la nave un profesor de secundaria con amplia experiencia en el
sector, antiguo director y jefe de estudios, y a ser posible, reciente. De nada
vale un maestro de la vieja escuela, porque a día de hoy se ha quedado
obsoleto, y las reglas del juego han cambiado exponencialmente. A su lado, como
adjuntos, un buen número de especialistas: maestros de infantil, lenguas,
ciencias, educación física, AL, PT, orientador; profesores de secundaria de
todas las especialidades, de FP de todas las ramas, de universidad…también
algún burócrata, sí, pero pocos.
El Ministerio de Educación se
descolgaría de Cultura y Deporte, porque todas son carteras que requieren de
mucha dedicación, y no podrían ser reemplazadas por golpes de timón político.
La educación no estaría supeditada a ningún partido y por supuesto ninguno de
sus integrantes, ni en el Ministerio ni en las aulas estaría afiliado a ninguna
formación. Se acabó lo de promulgar leyes estúpidas para dar trabajo a los
coleguitas del partido.
Todo falla. Absolutamente todo: el sistema de amonestaciones, la educación en la casa, el trabajo excesivo que todos los profesores/maestros se llevan a sus casas, el salario burlesco que se les ofrece y por sobre todas las cosas las directivas de gente que en su reputísima vida estuvo en un aula. El resultado a corto y largo plazo es catastrófico.
ResponderEliminarEn la educación como en la sanidad no debe haber color político ni ideología, sólo objetivos claros, contundentes, eficaces y eficientes para resolver y cubrir a la ciudadanía en sus necesidades en los distintos ámbitos...Así nos va!!!
ResponderEliminarUna abrazo Drywater!
En el ministerio de educación yo pondría a alguien como el que tú refieres en el texto al igual que en el de economía pondría a una ama de casa de barrio, que sinceramente, creo lo haría mejor que los que están. También falla la educación que damos a nuestros vástagos desde casa a los que hacemos vagos de natural y el desánimo de los jóvenes además de la poca capacidad de frustración. Sólo sirve el ya. Lo quiero y lo tengo y si no me enfado y no respiro. Por otro lado, sí, se evoluciona en todo pero hay saltos al vacío. Evoluciones de involucion que dan como resultado generaciones de analfabetos. A no mejor no hay que volver a la letra con sangre entra pero....tan mal está saber que la m con la a es ma. Espero hacerme entender porque escribo esto a toda prisa. Salu2 dry
ResponderEliminarTal y como está el patio, tiene mucho mérito ser profesor de instituto o maestro de escuela pública en España.
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