El arte no puede ser copiado; al menos gratis.
La existencia de Patricio Márquez ya no tenía sentido. Durante meses había consumido documentales piratas del top manta de National Geographic. Sus valores y preceptos copyrightísticos eran historia. Ahora, ni siquiera los especiales de “Tiburones con caries” o “Buitres avariciosos” conseguían despertar en él ligeros síntomas de querer continuar viviendo. Dos de los reclusos más poderosos e influyentes, “el Puros” y “Princesa Disney”, habían conseguido incluso meter de extranjis en su celda dos ornitorrincos en época de apareamiento. No quedó muy impresionado con la cópula. Patricio estaba perdido para la causa.
Entonces apareció él. Llevaba la corbata de los dólares y el traje italiano recién planchado. Cogió el telefonillo de la sala de visitas y comenzó su inesperada arenga, no sin antes colocar sobre la encimera el cofre del tesoro de Jacques Cousteau. 23 DVDs con documentales, escenas suprimidas, comentarios del director y un “como se hizo” sobre la serie de “Mundo submarino”. A Patricio se le hacían los ojos algas.
-Buenos días, señor Márquez. Soy Teddy Bear, el presidente entrante de la $GA€.
-Buenos días, señor Bearn . ¿Qué desea?
-¿Que qué deseo? ¡Pues qué va a ser! Al mejor agente de cobro de la $ociedad General de Autores €spañoles! A usted, amigo mío. Le ofrezco la libertad.
-Espere, señor Teddy Kruger. ¿Y usted que saca con esto?
-¿Yo? Nada. Que se haga justicia, que siga con su trabajo de siempre. Seguirá percibiendo su nómina de 715 euros netos. Pagaremos su fianza y nos encargaremos de que su expediente quede limpio, señor Márquez.
-Señor Freddy Mercury, no puedo aceptar su propuesta.
-¿Por qué no, memo? Me imaginaba algo así.
-Usted ha cometido un delito contra la propiedad intelectual. Ha plagiado una…
-¡Váaseustedalamierda! ¡Se quedará para siempre en este estercolero! ¡Fracasado, tiquismiquis, cuadrícula de Excel, friki gilipollas, asperger de los cojones, insulso!
Teddy Bear se levantó iracundo, agarró el cofre de Cousteau desafectadamente y se largó como una tortuga de mar en medio de una corriente oceánica. En la cabina de al lado, Pincho Moruno llevaba tiempo atendiendo a la conversación de Patricio y asintiendo sin escuchar a las preguntas de Gladis. Tan pronto como Bear hubo cogido la puerta, Pincho inquirió con una reconcomiente curiosidad.
-¿Por qué ha sido, Márquez?
-¿No lo sabes, Pancho Marino?
-Sí. Te llevo observando varios meses. El nombre. Teddy Bear es un plagio a Teddy Roosvelt, el presidente americano.
-Buen intento, Jincho, pero no. Los nombres propios no están sujetos a la legislación vigente… por ahora.
-¿Entonces?
-La corbata. Apareció en una viñeta del Don Miki 42 del año 1976. Tío Gilito se la come a trozos para paliar la tristeza de un negocio fallido. La corbata con dólares es un producto no comercializado, pero los derechos de autor pertenecen a la Disney. Ese hombre era un fraude.
-Ehm…. Vale, Márquez, lo que tú digas. ¿Vienes al patio a echar un frontón?
-No, gracias, Pincho de Tortilla. Prefiero el documental de “Ballenas antropomorfas”. Es un clásico.
-Yo lo flipo contigo, macho.
Patricio no respondió al recluso, pero en su rostro se dibujaban unos ojos eternos perdidos en la inmensidad y unos labios definitivos en una sonrisa contenida. Fuera por lo que fuera, el agente de la $GA€ había vuelto.
Entonces apareció él. Llevaba la corbata de los dólares y el traje italiano recién planchado. Cogió el telefonillo de la sala de visitas y comenzó su inesperada arenga, no sin antes colocar sobre la encimera el cofre del tesoro de Jacques Cousteau. 23 DVDs con documentales, escenas suprimidas, comentarios del director y un “como se hizo” sobre la serie de “Mundo submarino”. A Patricio se le hacían los ojos algas.
-Buenos días, señor Márquez. Soy Teddy Bear, el presidente entrante de la $GA€.
-Buenos días, señor Bearn . ¿Qué desea?
-¿Que qué deseo? ¡Pues qué va a ser! Al mejor agente de cobro de la $ociedad General de Autores €spañoles! A usted, amigo mío. Le ofrezco la libertad.
-Espere, señor Teddy Kruger. ¿Y usted que saca con esto?
-¿Yo? Nada. Que se haga justicia, que siga con su trabajo de siempre. Seguirá percibiendo su nómina de 715 euros netos. Pagaremos su fianza y nos encargaremos de que su expediente quede limpio, señor Márquez.
-Señor Freddy Mercury, no puedo aceptar su propuesta.
-¿Por qué no, memo? Me imaginaba algo así.
-Usted ha cometido un delito contra la propiedad intelectual. Ha plagiado una…
-¡Váaseustedalamierda! ¡Se quedará para siempre en este estercolero! ¡Fracasado, tiquismiquis, cuadrícula de Excel, friki gilipollas, asperger de los cojones, insulso!
Teddy Bear se levantó iracundo, agarró el cofre de Cousteau desafectadamente y se largó como una tortuga de mar en medio de una corriente oceánica. En la cabina de al lado, Pincho Moruno llevaba tiempo atendiendo a la conversación de Patricio y asintiendo sin escuchar a las preguntas de Gladis. Tan pronto como Bear hubo cogido la puerta, Pincho inquirió con una reconcomiente curiosidad.
-¿Por qué ha sido, Márquez?
-¿No lo sabes, Pancho Marino?
-Sí. Te llevo observando varios meses. El nombre. Teddy Bear es un plagio a Teddy Roosvelt, el presidente americano.
-Buen intento, Jincho, pero no. Los nombres propios no están sujetos a la legislación vigente… por ahora.
-¿Entonces?
-La corbata. Apareció en una viñeta del Don Miki 42 del año 1976. Tío Gilito se la come a trozos para paliar la tristeza de un negocio fallido. La corbata con dólares es un producto no comercializado, pero los derechos de autor pertenecen a la Disney. Ese hombre era un fraude.
-Ehm…. Vale, Márquez, lo que tú digas. ¿Vienes al patio a echar un frontón?
-No, gracias, Pincho de Tortilla. Prefiero el documental de “Ballenas antropomorfas”. Es un clásico.
-Yo lo flipo contigo, macho.
Patricio no respondió al recluso, pero en su rostro se dibujaban unos ojos eternos perdidos en la inmensidad y unos labios definitivos en una sonrisa contenida. Fuera por lo que fuera, el agente de la $GA€ había vuelto.
Hay retornos que asustan. Este pese a ser esperado, da mucho miedo ;)
ResponderEliminarPor fin!! Ha vuelto Patricio!!
ResponderEliminarTeddy Bear trabajó para la cosa Nostra y Bankia, por lo menos. Que siniestro...me encanta tu tono pulp negro humorístico...y lo de la corbata xDD
ResponderEliminar¡Un abrazo! :)
A veces me pregunto lo díficil que ha de ser la vida de un recaudador de la SGAE...siempre de aquí para allá y de allá para acá buscando ese trocito de canción registrada por la que poder sacar unos buenos milloncejos...
ResponderEliminarSe ha creado más negocio con la recaudación de derechos sobre las obras que con las obras por sí mismas...
Eso da que pensar.
Un saludo.
Oski.