Si uno es, como un servidor, persona dispersa y poco dado a investigar en los detalles, el cartel de la cinta le dirá tan poco como para visionar media película sin saber si está viendo un filme de fantasmas en mansiones de lujo, un thriller conspiratorio o un largo de terror clásico. En todo caso, si alguien tiene en desgracia tropezar con el nombre original de “La cara oculta”, que por supuesto no voy a desvelar –sería algo así como titular “El psicólogo fantasma” a “El sexto sentido”–, se le irá al traste lo más atractivo de la trama: el misterio de la desaparición de Belén, sus oscuros motivos, las fuerzas paranormales que la atan a nuestro mundo, y el desenlace lógico de tantas energías enfrentadas por la salvaguarda de la humanidad.
Adrián es un joven y talentoso director de orquesta aparentemente feliz con Belén. Un buen día ella le dice audiovisualmente que ha conocido a otro y desaparece del mapa. La caída a los infiernos del músico solamente se verá amortiguada por la aparición milagrosa de un ángel, la colombiana Fabiana, camarera independiente y disponible para sustituir al whisky en el difícil arte de olvidar un amor perdido, desaparecido o muerto. La relación entre ambos se estabiliza y la bogotana se muda a la inmensa casa de campo de Adrián. Será entonces cuando la hermosa joven tope progresivamente con el recuerdo de la otra, y su poso irá envenenando los acontecimientos hasta desencadenar en un clímax predeciblemente inesperado.
Lo más apreciable del ritmo narrativo es la cuidadosa presentación de los personajes y su vínculo con el resto de protagonistas, sus motivaciones y ambiciones vitales. La película arranca con la desaparición de Belén y una lluvia profusa de interrogantes. Cuestiones que Adrián será incapaz de despejar, pero que Fabiana irá desmadejando con intuición femenina y una pizca de angustia terrenal. Llegado el momento las respuestas se agolpan en la puerta y nos reexplican la trama desde un punto de vista privilegiado y delator. Dicho flashback reúne los pasados de Belén y Fabiana y los enfrenta en un presente de difícil solución, aunque sólo sea por el plano existencial en que ambas mujeres se mueven. Adrián, mientras tanto, causante directo de todo el mal generado en la historia, navega entre la frivolidad y la ignorancia para aterrizar en un desolador desierto de incertidumbres.
La cara oculta también refleja fielmente el rol de las personas en aspectos primigenios de la naturaleza humana. El amor incondicional, el entumecimiento emocional, la comodidad y seguridad económico-conyugal, el flirteo frívolo y descerebrado, el olvido, la posesión sentimental o los remordimientos despechados embriagan el guión hasta darle un regusto abrupto, amargo y de cierta aspereza. La película no defrauda, siempre y cuando uno no se vea el trailer, que bien podría haberse titulado “Cómo joder un thriller en dos minutos y medio”.
Respecto al trabajo de los actores, las mujeres superan claramente en sus roles a Quim Gutiérrez, si bien es cierto que su papel es mucho menos propenso al lucimiento personal. Clara
Lago refleja con acierto la angustia vital de abandonar este mundo y ser todavía testigo de él, como si su personaje fuera el Patrick Swayze de Ghost atrapado entre dos realidades. Y Martina García copa la pantalla con su belleza sensual, la dulzura de sus miradas y su repertorio de lenguaje gestual. El pulso entre ambas no deja un ganador claro, y sólo el final del filme decanta la balanza en el plano argumentativo. La batalla interpretativa, según mi opinión, cae del lado de la colombiana. Pero no me hagan mucho caso: es posible que sus abundantes y hermosos desnudos hayan nublado mi objetividad y turbado mi juicio.
Lo más apreciable del ritmo narrativo es la cuidadosa presentación de los personajes y su vínculo con el resto de protagonistas, sus motivaciones y ambiciones vitales. La película arranca con la desaparición de Belén y una lluvia profusa de interrogantes. Cuestiones que Adrián será incapaz de despejar, pero que Fabiana irá desmadejando con intuición femenina y una pizca de angustia terrenal. Llegado el momento las respuestas se agolpan en la puerta y nos reexplican la trama desde un punto de vista privilegiado y delator. Dicho flashback reúne los pasados de Belén y Fabiana y los enfrenta en un presente de difícil solución, aunque sólo sea por el plano existencial en que ambas mujeres se mueven. Adrián, mientras tanto, causante directo de todo el mal generado en la historia, navega entre la frivolidad y la ignorancia para aterrizar en un desolador desierto de incertidumbres.
La cara oculta también refleja fielmente el rol de las personas en aspectos primigenios de la naturaleza humana. El amor incondicional, el entumecimiento emocional, la comodidad y seguridad económico-conyugal, el flirteo frívolo y descerebrado, el olvido, la posesión sentimental o los remordimientos despechados embriagan el guión hasta darle un regusto abrupto, amargo y de cierta aspereza. La película no defrauda, siempre y cuando uno no se vea el trailer, que bien podría haberse titulado “Cómo joder un thriller en dos minutos y medio”.
Respecto al trabajo de los actores, las mujeres superan claramente en sus roles a Quim Gutiérrez, si bien es cierto que su papel es mucho menos propenso al lucimiento personal. Clara
Lago refleja con acierto la angustia vital de abandonar este mundo y ser todavía testigo de él, como si su personaje fuera el Patrick Swayze de Ghost atrapado entre dos realidades. Y Martina García copa la pantalla con su belleza sensual, la dulzura de sus miradas y su repertorio de lenguaje gestual. El pulso entre ambas no deja un ganador claro, y sólo el final del filme decanta la balanza en el plano argumentativo. La batalla interpretativa, según mi opinión, cae del lado de la colombiana. Pero no me hagan mucho caso: es posible que sus abundantes y hermosos desnudos hayan nublado mi objetividad y turbado mi juicio.
Yo recomiendo esta película.Me ha gustado mucho. Es muy sencilla y engancha rápido. El final te deja un poco descolocado. La crítica también me parece buena.
ResponderEliminar¿has pensado en hacerte crítico de cine? Te sacarías un dinero extra...
ResponderEliminarAhora siento curiosidad por esta película :)
"Pero no me hagan mucho caso: es posible que sus abundantes y hermosos desnudos hayan nublado mi objetividad y turbado mi juicio."... Tú sabes que l@s niñ@s aprenden lo que escuchan o leen,¿no, Dry?
A ver si tengo oportunidad de verla...
ResponderEliminardirty saludos¡¡¡¡¡¡¡
Gracias por tan amables palabras. ¿Dónde hay niños leyendo esto, a ver? ¿O debo recordarte, moody girl, que teen es aquel entre 13 y 19 y que la peli está calificada para mayores de 12 y te pasas por 3 ó 4?
ResponderEliminarPues no la he visto pero tu crítica es fabulosa, te felicito. No tenía ninguna intención pero me has despertado el gusanillo y ahora quiero verla :)
ResponderEliminarPor cierto, no conocía tu gusto por el séptimo arte.
Un abrazo enorme,
Manu UC.