Yo no quiero ser un agorero ni cubrir el cielo con negros nubarrones de negativismo, pero…¿no será que no puede ser y que además es imposible? El sol en Semana Santa, se entiende, que dura menos que un hielo en un cubata de botellón o que una virgen en un concurso de orgías.
En 2009 disfruté por última vez de mis vacaciones de SS en la playa. Harto de los chuzos de punta y los día grises como cielo de Pompeya, aunque más fríos, nos recortamos al inexistente sol de atardecer y juramos nunca volver a injectarnos humedad en los huesos caminando por la arena. Y así fue que desde entonces en Semana Santa sigue lloviendo, pero nosotros nos mojamos en cualquier otro sitio, de interior, aceptando las lágrimas celestiales como castigo colateral, aferrados al paraguas y pateando monumentos varios de la geografía ibérica. Conclusión primera: en Pascua no se debe ir a la playa; nunca hace bueno.
Luego está lo de las cofradías. Joder, a mí esto me da muchísima pena. Ves a miles y miles de encapuchados, que se han tirado once meses soñando con este momento ascético, aporreando tambores y soplando cornetas en incontables horas de ensayos rompesiestas, compitiendo con su llanto al gotear de nubes y cuando menos te resulta algo terriblemente injusto. Además es que no falla. Puede hacer sol toda la mañana y cuando toca sacar el carreto y vestirse de Batman el horizonte se transforma como si fuera un decorado de guiñol, y una mano invisible se lleva el recortable azul de nubes blancas y te lo cambia por el fondo negro con manchurrones cargados de pesimismo y ácido atéico. Los notas acaban desechos año tras año. Miran al cielo empapados de rabia contenida y resignación cristiana y se van con el capirote a otra parte. Yo esto no sé cómo interpretarlo. Desde mi desenfervorizada posición de esquiva-procesiones –no me juzguen mal, me emborraché de ellas durante veinticinco años– me da que pensar. ¿Y no será que el creador no quiere a dos mil creyentes disfrazados de Ku Klux Klan haciendo penitencia por las mismas calles por las que han pecado durante el resto del año? ¿Y si está viendo el Barca-Madrid y los tambores no le dejan oír? ¿Y si la lluvia es que llora San Pedro porque no cabe tanto cofrade en los almohadillados cúmulo-nimbos del firmamento? Tal vez la solución sería techar el paso, adelantar las procesiones o posponer la salida al siguiente día soleado, aunque se acabara la Pascua en junio. En fin, que el demonio se lo debe pasar pipa puteando cofradías. Conclusión segunda: si no se puede tomar el sol, tampoco se puede salir en procesión. ¿Justicia divina o miseria humana?
Luego está lo de las cofradías. Joder, a mí esto me da muchísima pena. Ves a miles y miles de encapuchados, que se han tirado once meses soñando con este momento ascético, aporreando tambores y soplando cornetas en incontables horas de ensayos rompesiestas, compitiendo con su llanto al gotear de nubes y cuando menos te resulta algo terriblemente injusto. Además es que no falla. Puede hacer sol toda la mañana y cuando toca sacar el carreto y vestirse de Batman el horizonte se transforma como si fuera un decorado de guiñol, y una mano invisible se lleva el recortable azul de nubes blancas y te lo cambia por el fondo negro con manchurrones cargados de pesimismo y ácido atéico. Los notas acaban desechos año tras año. Miran al cielo empapados de rabia contenida y resignación cristiana y se van con el capirote a otra parte. Yo esto no sé cómo interpretarlo. Desde mi desenfervorizada posición de esquiva-procesiones –no me juzguen mal, me emborraché de ellas durante veinticinco años– me da que pensar. ¿Y no será que el creador no quiere a dos mil creyentes disfrazados de Ku Klux Klan haciendo penitencia por las mismas calles por las que han pecado durante el resto del año? ¿Y si está viendo el Barca-Madrid y los tambores no le dejan oír? ¿Y si la lluvia es que llora San Pedro porque no cabe tanto cofrade en los almohadillados cúmulo-nimbos del firmamento? Tal vez la solución sería techar el paso, adelantar las procesiones o posponer la salida al siguiente día soleado, aunque se acabara la Pascua en junio. En fin, que el demonio se lo debe pasar pipa puteando cofradías. Conclusión segunda: si no se puede tomar el sol, tampoco se puede salir en procesión. ¿Justicia divina o miseria humana?
Está claro que los empresarios manipulan el clima para fastidiar a los obreros... Está claro que Dios sigue siendo de derechas... Al compañero de cruz que lo sentó a su "derecha" no era sindicalista... Está claro que el otro era de la UGT. Está claro que el dia que yo sea rico, tendré dinero de sobra para irme de vacaciones huyendo de la lluvia. Está claro que me seguiré mojando en SS pues seguiré siendo de izquierdas...Viva la lluvia!
ResponderEliminarMe ha encantado este artículo pero hace un poco de "pupa"....¿No?
ResponderEliminarje je pues a la última pregunta no sabría que contestar... endevé, este tiempo... yo creo que quien controla su maquinaria se está riendo de nosotros porque no es normal que últimamente haga un sol de escandolo mientras lo contemplas desde la oficina y cuando llega el fin de semana todo se jode y se pode a llover o hace malo... en fin... hablando aquí del tiempo, como en el ascensor ;P
ResponderEliminardirty saludos¡¡¡¡¡¡¡
Dos cosas tan íntimamente relacionadas caiga cuando caiga la dichosa Semana Santa.
ResponderEliminarDry, lo que más me ha gustado es lo que dices de la pena sobre las cofradías pero, lo que yo pienso al respecto es... Sabiendo que es algo que sucede prácticamente todos los años, ¿Por qué no inventan alguna fórmula para que puedan salir aunque llueva? vivimos en un mundo donde podemos ir conectados a un facebook o twitter desde cualquier lugar y sin embargo seguimos sin ser capaces de ver salir a los cofrades porque llueve... No me parece muy normal.
Un abrazo,
Manu UC.