Aarón alzó la mirada y bajó la esperanza. La chica de sus sueños, la dueña de todos sus pensamientos recientes, la única razón para seguir viviendo no era gorda, ni vieja ni un felino parlante de color fucsia. Simplemente era la única persona que no podía ser: su esposa. El ser que convivía con él y al que apenas conocía. Nunca sacó la bufanda amarilla recién comprada en el H&M de la penumbra del bolsillo. Se levantó quedamente, de manera inerme y sin hacer nada de ruido. Dejó cinco euros en la mesa y abandonó el café del modo más fantasmal que pudo, rezando en susurros para que su mujer no percibiera su presencia y atara dolorosos cabos.
Paseó triste y hundido por las calles ajenas. Se sentía flotando en una irrealidad imposible, imperceptible a sí mismo. Pasaron varias horas de incredulidad, amargura y aceptación. Volvió a la sordidez de su hogar. Chateó por última vez con Pantera Rosa y le confesó que la había engañado, que era viejo y calvo y que la tripa le llegaba al suelo. Cortó rápido las disculpas y se despidió hasta nunca. Después cerró la sesión y acudió al sofá, donde su esposa fingía estar llorando porque una amiga le había dicho que tenía cáncer y no porque su querido Bob Esponja la hubiera ciberengañado como un bellaco. Aarón la abrazó con toda la ternura perdida en los últimos dos años. Todo cambió a partir de aquel contacto puro, nostálgico e inocente. La reconquistó a base de caricias imposibles, miradas infinitas y besos ilimitados, y fue tan brillante su ejecución que Mica olvidó pronto a Bob Esponja.
Tal vez alguna vez Aarón le dijera la verdad a Micaela, pero mientras descubrió que su amor no había muerto, sino que se hallaba aletargado por el tedio y el aburrimiento, y que su ciberfracaso había desnudado toda la pasión que habían dejado secar al aire de la rutina más descarnada.
Capítulo 4
Aarón comenzaba a impacientarse. Tanto que sacó la bufanda del bolsillo y se la enroscó al cuello como la más seductora y venenosa de las serpientes. Cuando Pantera Micaela Rosa asoció amarillo y rostro el corazón le dio un vuelco. Permaneció de pie, petrificada y fragmentada en mil trozos de desesperanza, y el único e imperceptible movimiento era un tenue tirón de bufanda rosa palo hacia lo más profundo del forro del abrigo. Cuando se hubo desprendido completamente de la prenda delatora, y su cabeza se hubiera posicionado estratégicamente de espaldas a Bob Aarón Esponja, caminó con miedo a romper el suelo en dirección a Nuria, a la que salvadoramente localizó en una esquina. Señaló con los ojos en dirección a Aarón y le hizo una señal inequívoca de ejecución inminente.
Nuria avanzó con el guión bien aprendido y la bufanda rosa flanqueando su melena. Se sentó junto a Aarón. Le confesó –mintiendo– que ella era su ciber amante; que sabía quién era Bob Esponja desde el principio y que su única meta era pillar al marido de su amiga en un renuncio. La sorpresa de él fue mayúscula, máxime cuando Nuria se puso borde y amenazó con decírselo todo a Mica. Le hizo prometer que besaría el suelo por donde pisara su esposa, y así lo hizo el desencantado Bob Esponja. De poco le valió: a los cinco meses Mica le dejó sin ninguna explicación y sin sofá para dormir. El pobre Aarón tuvo que rehacer su vida pensando que la dulce Pantera Rosa siempre había sido la mejor amiga de su ex mujer.
Capítulo 5
Aarón Bob Esponja vio la maleta, y le era familiar; observó el abrigo, y le sonaba; contempló el rostro custodiado por la bufanda rosa palo, y le recordó inequívocamente al que ignoraba cada noche: era Micaela.
Podía haber fingido sorpresa o coincidencia, pero se limitó a forrarse el cuello con su llamativa bufanda amarilla sin liberar su mirada penetrante de los ojos de su cónyuge. Hipnotizada por la realidad y la fidelidad mutua traicionada, Mica caminó solemne hacia las explicaciones. Se sentó en la rutina de cada día y negoció frente a los labios de cada noche. Tomaron el desplante con asombrosa madurez, y acordaron darse la misma oportunidad que iban a darles a Bob y Pantera. Cogieron vacaciones y se marcharon de crucero. Aquello mejoró mil veces a su luna de miel. Al cabo de diez meses tuvieron un criajo estupendo, como si la calidad del vástago tuviera algún tipo de conexión con el amor con que se concibe. Y mataron al amor de amor, y encasquetaron en sus rostros gastados esa sonrisa gilipollas que da la plenitud y el estar locamente enamorado y correspondido. Nunca volvieron a chatear, salvo entre ellos mismos.
Capítulo 6
Nuria sintió una taquicardia severa recorriéndole el pecho: Bob Esponja era Aarón y Pantera Micaela Rosa no tenía ni puñetera idea. Se mascaba la tragedia. Sin embargo, impelida por esa fe imposible que da el miedo a comerse la realidad de un indigesto bocado, la mejor amiga de Mica sacó el móvil a supervelocidad y le mandó un mensaje descorazonador: “Mica, tía, Bob ha estado aquí, ha dado una vuelta y se ha marchado hacia la calle Francia hace nada. Quítate la bufanda y sal a buscarlo que igual lo encuentras.”
Mica salió por piernas quitándose la bufanda justo cuando su marido miraba en su dirección. Aarón sólo discernió una mujer de espaldas que se marchaba, pero no la identificó ni vio bufanda rosa palo alguna. Mientras, Nuria ya estaba cerrando el plan. Escribió dos mensajes en papel. El primero hizo que el camarero se lo llevase al señor de la bufanda amarilla, pues Aarón ya se la había puesto cansado de esperar. La nota era poco halagüeña: “Querido Bob Esponja. No tengo valor para quedarme. Te he mentido. Soy una mujer madura de 62 años. Ya sé que son demasiados. No volveré a chatear contigo y, por favor, no me busques. Siento no haber sido sincera. Hubiera sido muy bonito si tuviera treinta años menos. Te ruego me perdones, Bob. Siempre serás mi mejor recuerdo.”
Aarón mezcló rabia y pena en una expresión indescriptible de dolor, tensó la mandíbula con tal fuerza que parecía que iba a romper el aire. Pagó el café y se marchó antes de que hirientes lágrimas cristalizaran su rostro endurecido. Cuando Mica volvió, ya no había rastro de Aarón. Se reunió con Nuria, que aún portaba el distintivo rosa, y cotejaron información. Nuria le dijo que el camarero había traído una nota para la señora de la bufanda rosa palo, aunque se trataba en realidad de su segunda misiva. Su contenido no podía ser más tragicómico: “Estimada Pantera. No puedo quedarme a dar explicaciones. No te gustaría conocerme. Tengo diecisiete años, aunque parezco más maduro. Verás, era todo por una apuesta con mis amigos. Al menos así empezó. Lo malo es que he acabado pillado por ti. Me gustabas mucho, y me dabas mucho morbo. Los colegas me animaban a intentar algo, pero me parece que ya te he hecho suficiente daño. Lo siento de verdad. Quiero que sepas que no pretendía reírme de ti ni que pasaras un mal rato. Yo también lo he pasado mal. No volveré al Messenger. No me busques, por favor, ya me está resultando duro así. Lo siento.”
Mica estaba patidifusa. Nunca se recuperó de aquello. Y su matrimonio tampoco. A los seis meses se divorciaban sin remisión. Entonces apareció Nuria. Le contó a Aarón que ella era Pantera Rosa y que la espantada era para intentar salvar el matrimonio de su amiga. Se conocieron más y se gustaron. Nunca se casaron, pero vivieron felices por siempre jamás. Eso sí, Nuria le hizo prometer a Aarón que nunca le diría a Mica que ella era Pantera Rosa. Las ex mujeres pueden ser muy envidiosas.
Hola, Dry! No sé cómo son los otros posibles caminos, cuando tenga más tiempo los experimentaré.
ResponderEliminarLo primero de todo me encanta esta ciber-historia con caminos alternativos para diferentes posibles desenlaces. En segundo, el camino que, sin querer, elegí (Capítulo 3 final) también me encantó y me pareció una bonita reflexión aunque no sé cuanto tendrá de real, es cierto que a veces para avanzar en la vida es necesario dar primero un paso atrás (Dicho de otro modo, a veces es bueno alejarse de alguien en este caso emocionalmente para darse cuenta de tantas cosas).
Tienes mucha imaginación. Te felicito porque además me ha calado el mensaje.
Un abrazote!!
Manu UC.
Pues ahora no se con que capítulo quedarme...
ResponderEliminarMe ha gustado el cap. 5. Yo quiero acabar así. Muy bueno.
ResponderEliminarfind more you can check here visit our website you can try here click here to read internet
ResponderEliminar