lunes, 5 de enero de 2015

Tratado educativo: 9. Una nueva esperanza

Queramos o no todos los segundones del club, el protagonista no es el entrenador, ni la junta directiva, la táctica o los comentaristas. El meollo de la educación la tienen ellos. Son los menos conscientes, a menudo los menos implicados, malgastan su talento y consumen su vitalidad, pero el futuro es de ellos: los alumnos.
Mucha culpa de lo que ocurre la tienen ellos, pero no podemos pretender que a los seis, catorce, dieciocho años sean personitas hechas y perfectamente insertadas en su engranaje social. No. Ser estudiante lleva implícito pastar por los campos hasta que aparecen las vallas; a veces electrificadas; a veces abiertas. Los prados son verdes en ocasiones, yermos en otras. Grandes, pequeños, apacibles, en llamas… la variedad es tan inmensa como los resultados en los niños. Algunos saldrán adelante gracias a nosotros. Muchos crecerán pese a nosotros. En todo caso, son una fuerza de la naturaleza que hay que grabar a fuego, cuidar con mimo y alimentar bien. Algún día, esos mismos devoradores de moda, consumidores de whatsapp, adictos a la contradicción recetarán medicamentos, gobernarán el país, harán historia, y por mucho que nos empeñemos, habremos tenido muy poco que ver. Pero algo sí. Siempre queda algo.

2 comentarios:

  1. La educación es la madre del cordero en toda nación que se precie.

    Un abrazo !

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  2. Per supost que sempre quedarà alguna cosa. I quan més major et fas, més te n'adones de lo fondes que tens les arrels, aquelles que començaren a créixer quan anàvem a l'escola.
    T'escric en valencià per que tingues més varietat d'idiomes, ja que el primer comentari està en xinés. Déu sap què voldrà dir això. Igual està convidan-te a visitar la regió del Gobi. En la quarta línia, el sisé símbol per l'esquerra crec que vol dir Gobi.
    Salut

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