jueves, 1 de enero de 2015

Tratado educativo: 8. Los padres de los otros

Es increíble cómo los progenitores pueden conocer a la perfección muchas de las nimiedades de sus hijos e ignorar a su vez detalles de profundo calado. Y es que los alumnos, como decía una amiga mía, tienen tres caras: “la cara de casa, la cara del colegio y la cara dura”. Efectivamente, muchos niños son de una manera en el hogar y de otra absolutamente diferente en el instituto. Algunos son tiranos en la intimidad y muy agradables con los compañeros y profesores. Con otros es al revés: benditos con los padres y unos bichos con la comunidad educativa. En todo caso, en general, el bandarra fuera trae los deberes hechos de casa, y el que responde en la escuela no es por casualidad que tiene a los padres muy encima.
Las más graves armas de destrucción son el pene y el coche, por un sencillo motivo: cualquier gilipollas puede conducir un vehículo o tener un hijo, y de ambas maneras le puedes joder la vida a alguien con una facilidad abrumadora.
Un gran número de personas no están capacitadas para ser padres. Lo malo es que lo son. Y luego pasa lo que pasa. Si muchos no saben cuidar de sí mismos… ¿cómo van a criar vástagos con garantías? ¿Qué hacemos con esos niños cuando crezcan? ¿Los llevamos a Adán y Eva o a Mujeres y Hombres y Viceversa?

3 comentarios:

  1. Jajajajajaja....No tengo nada que añadir, es como si me leyeras la mente...Jajajaja...

    Un abrazo Drywater!

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  2. Sólo pido que mis hijos me permitan entrar en su mundo. A cambio intentaré no destrozarles demasiado sus salones. Respecto a lo que hagan los demás padres, no creo que pueda erigirme en juez de la mayoría. Como mucho, tal vez, opinar sobre los menos y aplicarme el cuento en aquello que vea que de otros me pueda servir. No sólo los alumnos tienen varias caras, todos somos poliedros y esto es consecuencia de nuestra sociedad y nuestro derecho a protegernos. Ya no hay que matar bisontes pero no conviene ser tan confiado como para dar la jeta tal cual y te la partan. Lo dicho. Ojalá me inviten a participar un poquito de su mundo y ojalá encuentren tan buenos docentes que sean capaces de entrar un poquito en su mundo viendo sus carencias, sí, pero también sus potencias.

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  3. Un recuerdo para los buenos padres.

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