jueves, 14 de febrero de 2013

Agresividad verbal

No sé muy por qué, pero la vida está llena de personas inyectadas en malicia. Gentes con terribles y escondidos complejos, contrahechos del alma, amputados del corazón. Seres de una fortaleza exterior tan sólida como fragilidad interior. Subcriaturas disfrazadas de humanos, tiñosos, picones, nocivos, desnortados mentales, tóxicos…
Esta fauna ni tienen vergüenza ni la conocen, y si se la presentaran, le meterían un corte. Hablo de ésos que revientan a los demás con comentarios despectivos, dañinos, hirientes, con fines variopintos aunque concluyentes todos ellos en sentirse más fuertes, más chisposos, más interesantes. Gente que sólo quiere ganar en cualquier acto social cotidiano. Bien, si te la clavan, amigo mío, la culpa no es tuya. Es de estos bichos. Vale que puedas defenderte, que necesites un manual de cómo responder a un comentario cortante, que tienes que aprender a que no te afecte, pero el culpable no eres tú. Tú sólo eres la víctima, el blanco disponible, más o menos fácil, el chivo expiatorio. No te sientas señalado. Si no fueras tú sería otro. La culpa la tiene el otro gilipollas. Que sí, que habla de puta madre, tiene una agresividad verbal difícil de contrarrestar y elige el momento mejor y más rápido que nadie, pero sigue siendo un cretino desustanciado, un mindundi de la vida, un necio iluminado. Porque en estos casos uno tiende a pensar que tiene que reaccionar, levantar el pie que le han puesto en la cara, contraatacar con fiereza. Tal vez haya que hacerlo, no lo niego, pero el torpe es el otro. El que no sabe estar es el otro. El que necesita pisar para ser feliz es el otro. Al que van a odiar todos –seguro– es al otro. La gente normal, limpia, sincera, humilde no necesita machacar al prójimo. Los que usan la agresividad, menosprecian tus opiniones, se burlan de tus impresiones están gritando al viento que son estúpidos, que son inmaduros, que son insuficientes, que no les llega, y la única manera de disimularlo es coartar al que sí le llega. A mí me dan pena, pero no les des nada. Pensarán que se lo merecen y volverán a liarla.

5 comentarios:

  1. El impulso agresivo está en todos nosotros,es inevitable y necesario para subsistir, pero este tipo de personas en las que éste se convierte en un patrón de expresión o de respuesta resultan del todo intratables y desde luego esto dice mucho de sus carencias. En cierto modo son dignos de pena, pero es dificil sentir pena ante tanta agresividad verbal. Tal vez no saben que como el resto de los mortales igualmente, en mayor o menor medida también disponen de un impulso tierno.

    Un abrazo Drywater

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  2. Jo Dry, he podido sentir tu agresividad en cada coma de tu texto.
    Mándame al picón ese que te está dando mal, que igual necesita probar un poco de su propia medicina, you know it's my cup of tea.
    Te puedo asegurar que si ese ser tiene un mínimo de conciencia social su lengua viperina tiene los días contados :)

    Cheersssss

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  3. Que razón tienes en tu escrito Dry. Sabes cuando soy testigo afectado de esos energúmenos? pues cuando tenemos una reunión de vecinos en el portal. Hay, como por desgracia en todas partes, que soportar esas cabronas voces histéricas, y contemplar su corta capacidad de su mente. Educación, educación y cultura es lo que falta.
    Pero por Dios!! como no vamos a tener Diegos Torres, Yernos Reales ladrones, Instituto Nóos, Bárcenas,..teniendo como vecinos a esos mulos!!

    Un abrazo Dry. Y no te desmoralices por tu equipo. :(

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  4. Hay muchos tocapelotas de este tipo sueltos...pero en el fondo es triste que sean así, porque no tienen nada, ni autoestima, ni fondo, ni valores...

    Supongo que su manera de llenar un vacío es pisar a otros. Soy de los que piensan que una buena hostia (y no tiene que ser física) a tiempo cura mucha tontería. Quizás haya que pensar una ingeniosa respuesta que no puedan contratacar, dando donde más duele, que siempre es su mezquino orgullo.

    Un abrazo.



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  5. Lo malo es que con ese tipo de "personas?" solo cuenta esa misma actitud. De la refriega salen reforzados y los que tratan/mos de hacerlo de otra forma tenemos las de perder (a corto plazo) con lo que pasamos a su terreno y se genera (se puede generar) una espiral de violencia que no se sabe como acaba. En esas estamos!

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