Mala, mala, que coges a Edurne Pasabán y la minimizas a subepiedras mediática, más pendiente de la cámara y de salir bien en la foto que de conquistar cumbres con la bandera patria. Malvados picos desoxigenados que ahogáis al pobrecito Juanito Oiarzábal hasta que la falta de riego le hace desvariar y atentar verbalmente contra sus otrora compañeros de pico.
Menudo circo habéis montado. Ya me parecíais unos pijos snobs cuando hollábais una tras otra todas las cimas de la insolencia humana, convirtiendo necesidad en capricho y superación en gratuidad, sólo para bajar medio congelados y que os amputaran los dedos de frente que os faltan. Y el vulgo ovino os aplaudía en vitores de necedad, reconociendo vuestro esfuerzo y sacrificio donde yo sólo veo riesgos innecesarios. Lo vuestro no es valentía, ni tiene nada de heroico. Valiente es levantarse cada mañana a las cinco porque no queda más cojones, comer pan para que a tu hijo le llegue un trozo de carne, compartir cama con cinco compatriotas desarraigados. Eso es ser un héroe y no hacer el gilipollas de ibón en glaciar hasta que te revienten las extremidades.
Bien, pues no contentos con esto, y con comprar esclavos nepalíes para que os lleven los sacos de dormir –esos pobres sherpas que no sé si los puteáis hasta imitar a los porteadores de Tarzán o se eshuevan furtivamente de la pasta que cuatro canales de televisión y media España subvenciona para que los señoritos puedan coleccionar ochomiles–, vais ahora y montáis la de Dios es Cristo porque vuestro orgullo egocéntrico ha quedado retratado en las indiscretas miradas de toda la península, porque el más grande ha caído presa de la naturaleza extrema y la más guapa le ha salvado el culo una vez se había planchado el plumas para quedar bien en la pantalla. Por mí, como si lo arregláis a espadazos con un carámbano afilado, lo que me jode es la que estáis montando. Lo primero, porque hay gente que de verdad ama la montaña y que ni se paga porteamierdas ni arriesga su vida; que me da igual que vuestro rescate os lo autofinanciéis, que no es ése el rollo. La historia es no necesitarlo. Lo segundo, porque por mucho que me fastidie, para muchas personas sin hacer o necesitados de ídolos sois referencia y ejemplo a seguir, no sé por qué, pero parece ser que de superación, trabajo (¿?????) y valor. ¿Pero no entendéis, so lelos, que vuestras peleas de pescadería, además de ser frívolas, inmaduras e infantiles, repercuten en muchísima gente? ¿Cuándo os meteréis en vuestro criogenizado ego que un gran poder –mediático– exige una gran responsabilidad?
En fin, que mereceríais que apareciera el Yeti así en plan Tarzán y os diera un par de sopapos para colocaros en vuestro sitio y de paso salvara a los nativos de llevaros el papel higiénico. Mientras tanto, seguid demostrando al mundo que el hombre blanco es más fuerte, más duro y más rápido, y que mientras no tenga nada mejor que hacer con su existencia y su bienestar, seguirá malgastando las oportunidades de los frágiles en estúpidos récords Guinness. Con lo buena que es la cerveza negra, qué mal me caen estos arrebatos de presunción.
Bien, pues no contentos con esto, y con comprar esclavos nepalíes para que os lleven los sacos de dormir –esos pobres sherpas que no sé si los puteáis hasta imitar a los porteadores de Tarzán o se eshuevan furtivamente de la pasta que cuatro canales de televisión y media España subvenciona para que los señoritos puedan coleccionar ochomiles–, vais ahora y montáis la de Dios es Cristo porque vuestro orgullo egocéntrico ha quedado retratado en las indiscretas miradas de toda la península, porque el más grande ha caído presa de la naturaleza extrema y la más guapa le ha salvado el culo una vez se había planchado el plumas para quedar bien en la pantalla. Por mí, como si lo arregláis a espadazos con un carámbano afilado, lo que me jode es la que estáis montando. Lo primero, porque hay gente que de verdad ama la montaña y que ni se paga porteamierdas ni arriesga su vida; que me da igual que vuestro rescate os lo autofinanciéis, que no es ése el rollo. La historia es no necesitarlo. Lo segundo, porque por mucho que me fastidie, para muchas personas sin hacer o necesitados de ídolos sois referencia y ejemplo a seguir, no sé por qué, pero parece ser que de superación, trabajo (¿?????) y valor. ¿Pero no entendéis, so lelos, que vuestras peleas de pescadería, además de ser frívolas, inmaduras e infantiles, repercuten en muchísima gente? ¿Cuándo os meteréis en vuestro criogenizado ego que un gran poder –mediático– exige una gran responsabilidad?
En fin, que mereceríais que apareciera el Yeti así en plan Tarzán y os diera un par de sopapos para colocaros en vuestro sitio y de paso salvara a los nativos de llevaros el papel higiénico. Mientras tanto, seguid demostrando al mundo que el hombre blanco es más fuerte, más duro y más rápido, y que mientras no tenga nada mejor que hacer con su existencia y su bienestar, seguirá malgastando las oportunidades de los frágiles en estúpidos récords Guinness. Con lo buena que es la cerveza negra, qué mal me caen estos arrebatos de presunción.
COJONUDO!!!!!!! Me encanta lo de que os amputaran los dedos de frente.... y lo del ego criogeneizado... Menuda panda de "deportistas sanos" Se han quedado definitivamente sin oxígeno en el cerebro.
ResponderEliminarMientras tanto, las teles, radios y periódicos se postran ante la insoportable levedad del parecer algo. Esta gente que no ha dado un palo al agua en su vida, sin embargo, pueden, sólo digo que pueden, transmitir a alguien el amor por la naturaleza. Cuestión no baladí en los tiempos materialistas que corren.
ResponderEliminarY el mar, y los bosques, los rios... todo tiene su peligro. UN saludo.
ResponderEliminarTodo gobierno subvenciona a figurantes para distraernos de los problemas que realmente importan. Cuando no hay fútbol, ya hay otros payasos para mantener nuestras angustias entretenidas, distraídas.
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