Cada vez creo menos en los amigos eternos. Existen y los puedes ver, pero son escasos como los tréboles de cuatro hojas. Pueden prometerte un vínculo irrompible, o tú a ellos, y no sobrevivir al primer envite serio. La gente idealiza la amistad. Todos tenemos y necesitamos amigos, pero se trata de bienes perecederos o mutables. Y no pasa nada. Una amistad que se rompe o se desvanece no supone, al contrario de lo que muchos predican, una traición imperdonable. Simplemente las cosas se ven de otro modo, o desde diferente mirador. Normalmente dos amigos dejan de serlo porque a uno de los dos o a ambos le conviene: Por diferencia de impresiones, por egoísmo, por obligación o circunstancias personales, o incluso por pereza. La cantidad de gente que deja de verse por apatía es ingente.
La amistad está estrechamente vinculada al compañerismo, al concepto de grupo: “conjunto de personas que tienen un objetivo en común; cuando el objetivo se cumple, el grupo desaparece, a no ser que se plantee un nuevo objetivo”. Lo que mantiene a los amigos unidos es un proyecto, laboral, artístico, afectivo, lúdico, deportivo, académico o espiritual. Sin él, la amistad morirá, de golpe y haciendo ruido, o progresivamente y sin que se den cuenta sus integrantes. Es por ello que cada vez creo menos en la amistad para siempre, porque yo también la he visto romperse violentamente o diluirse incolora en el tiempo, sin poder o querer hacer nada por ella.
Quizá la solución estriba en plantearse los amigos como si fueran relaciones sentimentales: Las estableces, las disfrutas y cuando se acaban se acaban, sea un día, dos años o toda la vida. Y es que las dos grandes diferencias entre las relaciones de amor y las de amistad son que las segundas admiten poligamia y están de algún modo ennoblecidas y comprometidas a ser inmortales.
La amistad surge de modo accidental, pero en ocasiones he buscado y hecho amigos que sabía que perdería cuando la misión acabara. Eso no me ha impedido pasar días magníficos y grabar en mi disco duro recuerdos imborrables de aquellos instantes.
Dentro de unos días finalizaré mi trabajo y perderé a mis compañeros y amigos. Sé de modo realista que no sobreviviremos al cambio de destino laboral, que como mucho quedaremos una o dos veces más, pero eso no me impide llevarme el alma colmada de felicidad y alborozo, recordando, cuando la memoria seduzca a la nostalgia, lo hermoso que fue trabajar juntos durante diez meses. Supongo que a veces es mejor saber, cuando te subes a un tren, dónde y cuándo acaba el trayecto, y no que te hagan bajar de sopetón o de empujón en la primera curva pronunciada.
No deja de ser algo hermoso y necesario, la amistad. Esa es la verdad. Pero yo incluso niego la mayor. No es que dude de que existan los amigos eternos, es que niego lo eterno; salvo la muerte, claro.
ResponderEliminarAsí es. La amistad está sobrevarolada. Nos empeñamos en medirla, en juzgarla, en cuestionarla y eso nos impide disfrutarla de modo natural, como Dios nos la trajo al mundo, según las leyes del azar. Y el azar no requiere justificaciones. Hay gente también que fuerza la amistad, que la agota antes de producirse. La amistad, como muchos aspectos de la vida, hay que alimentarla. Siempre debe haber un horizonte que, alcanzable o no, nos permita soñar con la posibilidad. Saludetes.
ResponderEliminarEn el trabajo siempre he procurado diferenciar entre amigos y compañeros. Y al contrario de lo que dices ("en ocasiones he buscado y hecho amigos que sabía que perdería cuando la misión acabara"), si sabía que ese trabajo tendría fecha de caducidad, deliberadamente huía de intentar hacer amistades que luego, al separarnos, no podría seguir manteniendo.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Pierre, la definición que se da como amigos: "conjunto de gente con un proyecto común" son meros compañeros, o colaboradores.
ResponderEliminarCreo que la amistad se basa en afinidades o empatías, en algo más profundo que un fin común.
Por tanto, tampoco entiendo que Sx. (buen amigo mío), diga que la amistad se rige "por las leyes del azar". Es evidente que las circunstancias deciden con quien hemos de compartir parcelas de nuestra vida (trabajo, vecinos, familia...) pero siempre podemos decidir a quién entregamos nuestro afecto.
Evidentemente, toda amistad (toda relación, de hecho) es mutable, igual que lo es nuestra psique. Pero depende mucho de nuestra voluntad el fomentarla debidamente, o dejar que se marchite.
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ResponderEliminarEspero que la diferencia de pareceres entre Sx y J.B. acerca de este artículo no trascienda en futuras colaboraciones literarias.
ResponderEliminarEstá claro que cada uno hace y mantiene amigos como quiere o puede. Creo que la amistad es azarosa, aunque luego se mantiene de cuidados y mimos.
Para mí las afinidades y empatías son un fin común: divertirse juntos leyendo, haciendo deporte, hablando, compartiendo. Yo no he dicho que fuera algo obligatorio, aunque a veces surgen amigos de los deberes y no de los placeres.
Todos decidimos a quién querer, pero hay gente que te gana con el tiempo, que aprende a apreciarte y tú a ellos, que construyen algo en ti a base de rutina y roce. En todo caso, respeto y admiro a los amigos de largo recorrido, aunque me parezcan escasos.
Un saludo a todos, y gracias por la visita.
La mayoría de mis amigotes son de largo recorrido, desde preescolar. Es bonito compartir toda una vida con experiencias de todo tipo y está claro que requiere de voluntad, de una voluntad natural y hoy en día, casi sobrenatural. Otro tipo de amigos vienen y se van (fueron en un lapso de tu vida) y claro está que el compartir afinidades es un buen punto de partida. Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarSr. JB, el azar nos sirve las posibilidades. Sin el azar nada sería posible, en mi opinión. Es el orden de la naturaleza, que no lo podemos controlar. Soy muy poco antropocéntrico. Y es lógico que el sapiens después decida, pero siempre estará al servicio de otro movimiento azaroso.
Según vuestra teoría de que la amistad depende de los objetivos comunes, podría ser eterna, si al conseguir un objetivo proponemos uno nuevo, y asi hasta el final de los tiempos, simpre y cuando tomemos como eterno hasta que nos muramos y no más allá. Y creo que eso es posible.
ResponderEliminarTambién es cierto, que hay amistades de "conveniencia" es decir, que una vez cumplida su función no quieres proponer otro objetivo.
Pero aún así, y fuese como fuere, la amistad es algo que va unido al ser humano. Es una necesidad básica para ser felices. Todo el mundo necesita pertenecer a un grupo social y sentirse arropado por unas relaciones de afecto (amistades). Y por supuesto que el azar influye. Por ejemplo, tus amigos del colegio, instituto, universidad. El azar determina cual va a ser tu clase y las personas con las que vas a convivir durante ese curso. Luego tu eliges y decides con quienes tienes más afinidades y te conviene más relacionarte, dentro de las que te propone el azar. Y después, decides si al acabar, quieres continuar con ese proyecto común y seguir con esa amistad, ¿no? Así se forman los amigos.
DEDICADO A DRYWATER Y SUS CHICAS
ResponderEliminarBueno, Drywater, este mensaje es un tributo a ti y a tus fabulosas English Girls.
Se que ahora mismo todos estamos diciendo, es imposible que haya pasado tanto tiempo! todo un curso, pues si, yo tampoco puedo creerlo aunque lo he vivido y es que realmente no quiero creerlo.
Ahora veo el día en que aparecí por casualidad en el instituto. Tan cercano y a la vez muy lejos, son tantas cosas las que han ocurrido, las que he vivido y las que han pasado de largo que el tiempo se mide de diferente manera según lo miro.
Todos sabemos lo complicado que será volver a coincidir otro año en el mismo centro de trabajo, "vacantes", "listas", "medias jornadas"…..,pero no quiero hablar de ello aquí porque si algún día vuelvo a releer esto, "vacantes" y "listas" estarán tan lejos que no tendría sentido. A lo mejor algún día me convierta en eso que llaman "funcionario" y quizás debería recordar siempre lo que hice en Río Perejiles, mi experiencia en “2º de la ESO Grupo D”,… pero no aquí ni ahora. Supongo que este es mi lado “didáctico” y nunca recordare Calatayud como un año académico, eso solo será el marco perfecto de un año inolvidable.
Se que esto suena bien distinto de cuando os introduje mis sentimientos sobre mis primeros meses en este trabajo pero son los inevitables pasos de una experiencia que ha pasado de la nostalgia de todo lo cotidiano y querido, por la ironía del que empieza a conocer pero sigue añorando, por la falta de tiempo por una saturación de ocio y finalmente la llegada de lo no deseado, el comienzo de recuerdos que casi no han tenido tiempo de serlo.
Me gustaría poder resumíos también mis diez meses en pocas líneas pero me resulta tan difícil abreviar que no se si me creo capaz de ello.
Mis primeros meses hasta Navidad los pase explorando nuevas formas de supervivencia en el aula,….
Me aporto experiencia profesional, de convivencia, momentos duros , pero a la vez me permitió conocer gente increíble.
Después de Navidad parece como si una nueva etapa abriese sus puertas a mi llegada. Todo comenzó a ser más fácil y llevadero.
Y ahora, cuando ya veo el final del camino que me pareció tan largo cuando lo empecé a recorrer, aquí estoy intentando expresar lo que he sentido y vivido durante este tiempo.
Me gustaría hacerle también un pequeño homenaje al instituto de Calatayud, por todos aquellos que lo conocéis y me estáis leyendo, por los que lo habéis visitado o lo haréis en un futuro y por los que solo os lo imagináis.
Y a los que estáis detrás de la pantalla del ordenador, también vosotros sois el presente y el futuro, porque habéis conseguido ocupar ese vacío que no llenan ni las oficinas, ni las agencias, ni las fábricas de producción aunque a veces lo parezca.
No me gustaría que este mensaje parezca triste porque entonces no reflejaría mi año vivido. Esta es una historia sin final porque yo me pregunto, acabara realmente algún día?…
A todos vosotros: Thank you.
Un mensaje muy bonito. Yo creo que hemos compartido un curso estupendo y que además de crecer como personas y profesionales hemos tenido la suerte de conocer gente estupenda con la que el vínculo que hemos creado no desaparecerá nunca independientemente de que ya no nos veamos cada día de lunes a viernes. sé que cada vez que os vuelva a ver no podré evitar sonreir. que paséis un buen verano y nos vemos en septiembre en cualquier bar de zaragoza.
ResponderEliminarxxx
An English girl.
Llegué a Río Perejiles lleno de dudas, y me marcho lleno de certezas:
ResponderEliminar1- Las Matemáticas son muy chulas.
2- La lengua es una caña.
3- El Inglés, el respeto y la educación te llevan a todas partes.
4- La historia tiene muchos matices.
5- La E.F. tiene mucho peso.
Un buen profesor siempre aprende más de lo que enseña.
Este año he sido el mejor profesor.
¡Esto parece el consultorio de la señorita Pepins!
ResponderEliminarcreo que algunas veces le ponemos fecha de caducidad a la amistad nosotros mismos,porque en mi caso doy mucho y espero mucho de la amistad pero cuando por ejenplo yo llamo y por algo no me coje el telefono pienso como me lo haga mas veces o pasare de el o ella.y muchas veces por estas tonterias de que tiene que ser siempre contestado o que tiene que llevarte siempre de juerga puesen mi caso estropeo la amistad ,porque como he dicho quiero recibir el mismo trato que yo doy. saludos
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