jueves, 4 de septiembre de 2014

Al filo del mañana

La enésima aventura científico-ficticia de Thomas Cruise Mapother IV mezcla a partes iguales una acertada puesta en escena del protagonista, enfatizada de coherencia y veracidad, con el trilladísimo recurso de llegar a un punto muerto en el futuro y repetirlo hasta que se soluciona el problema.
A favor del filme de Doug Liman, basado en la novela All You Need Is Kill de Hiroshi Sakurazakaba, destacan las gotas de humor negro con las que aderezan cada uno de los nuevos amaneceres, sin dejar que el tono sarcástico estropee el ritmo trepidante, pausado a veces, sin espacio para el aburrimiento o el aturdimiento escenográfico. También se agradece un Tom Cruise que no nace como héroe, sino que se va haciendo a fuerza de ensayo-error en un atracón reiterado del día de la marmota.
El comandante William Cage es un portavoz del ejército americano con tantas dotes para la persuasión como carencias para el combate. Cuando es inexplicablemente enviado a primera línea de ataque en un nada velado homenaje al Desembarco en Normandía con su propia playa de Omaha futurista y un resultado bastante más incierto, la desubicación del personaje resulta tan evidente que el espectador agradece la empatía que se establece con el ciudadano medio. ¿Quién no se ha sentido alguna –o muchas veces– absolutamente superado por unas circunstancias ajenas a su coyuntura habitual? Pese a su nulo adiestramiento e instrucción militar, Cruise consigue aguantar hasta una inmolación cuya casuística le hace quedar atrapado en un bucle temporal. Obligado a reiniciar el día cada vez que muere, y solo por repetición –la habilidad del torpe–, Cage va superando situaciones comprometidas, hasta que encuentra en Emily Blunt todas las respuestas a sus porqués, salvo al “cómo se quita el seguro”, chascarrillo que satura el primer cuarto de la cinta.
En general estamos ante una película bélica, bien condimentada con los must have del nuevo milenio: exoesqueletos y alienígenas heredados de Alien, rebobinado argumental a la carta mediante repetición de secuencias ya vividas fracasadamente, ritmo acelerado y desafección heroica. La frialdad entre los protagonistas parece aportar lógica y realismo a las relaciones entre soldados, y en ese sentido es un acierto, a mi entender, frente a los que abogan por un final romántico made in Hollywood. En todo caso, un amago de romance intenta dejar a todos contentos sin agradar plenamente a nadie.
Las secuencias de acción y efectos especiales, que es lo que se les pide a este tipo de productos, no defraudan en absoluto, aunque pasemos por los mismos sitios una y otra vez. La resolución de los caminos de no retorno recuerda a veces a la estética de un videojuego, pero sin llegar a abusar del mecanismo de game over / insert coin.
En conclusión, un futuro clásico para el subgénero de los bucles temporales, donde acumulará el mismo polvo en la estantería que Código Fuente, Atrapado en el tiempo o Looper. Imperdible para los amantes del cine fantástico y fanáticos de Tom Cruise, y prescindible para el resto de los espectadores, aunque a buen seguro pasarán un buen rato.

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