jueves, 9 de enero de 2014

¿Y ahora qué?

Primero metieron a diez o doce ninis en una casa de campo petada de cámaras; así nació Gran Hermano, como guiño inquietante de la premonitoria y orwelliana 1984. El formato se reiteró –y vició– añadiendo frikismo en las personalidades (Hotel Glam), en los decorados (Supervivientes) o en ambos (La isla de los famosos).
Por otro lado, frente al reality anodino de mera convivencia pasiva, surgió la rama artística. Operación Triunfo lo petó redefiniendo el género mediante karaokes de lujo en prime time y ensayos demagógicos entre bastidores. Aquello desató la caja de los truenos. Las variantes se dispararon con la efectividad de una escopeta de cañones recortados –muchos perdigones y al bulto–: Mira quién baila /se hace el hara-kiri con pañuelos de papel de origami, Factor X o Tú sí que vales demostraron que España tenía ganas de talento recién exprimido de un puñado de cazaglorias destalentados.
Intercalados con la farándula arribaron los conductuales –impagable Supernanny, postizo Hermano mayor o americanizado El líder de la manada– o los de arquitectura (Cambio radical, La casa de tu vida…). La facción nini de gimnasio ganó su espacio antineuronal en producciones cutres de usar y tirar –como todas las demás– del tipo Mujeres, hombres y viceversa, Gandia Shore o Un príncipe para Corina. La modalidad familiar alcanzó tintes indígenas con Perdidos en la tribu, chonis con Me cambio de familia o ¿Quién quiere casarse con mi hijo/madre? o rústicos con Granjero busca esposa.
Las rarezas se sucedían con Academia del sexo, Pekín Express, El bus o últimamente Campamento de verano o Cuestión de peso, reality que se me caía especialmente gordo. Tu cara me suena le dio un tono más jocoso y caricaturesco a la historia de modo autoparódico, pero la audiencia ya recibía jarros de agua fría recién salpicada de Splash o Mira quién salta.
Las últimas tendencias, además de recuperar vomitivamente el micro con La Voz, se han tirado hacia ¡los cazuelos! con Pesadilla en la cocina, Master Chef o Top Chef en versiones junior, senior, especial parapléjicos y nacidos en 29 de febrero. Para rematar el despliegue, por estas tierras se ha popularizado el Dándolo todo jota. Sin comentarios.
Bien, señores creativos, ya han bajado a más infiernos de los que Dante pudo inventar. Han enseñado gordos, marujas, frikis de todo tipo, fríehuevos, piscineros, aborígenes, supervivientes, contertulios, aspirantes a fracaso, boy scouts, karaokistas, edipos, putones de segunda, famosos de tercera, estúpidos, perros, niños, princesas Disney, ninis unineuronales (una para todos), hasta forniparejas. ¿Qué nos han preparado para el futuro? ¿Les doy ideas?
¿Qué tal una de enfermos terminales? “Y allí va el del cáncer de páncreas intentando agonizar antes que la anciana con tubos, pero el diabético sin brazos está cortando por lo sano.” Sería una mina. Además, sólo habría que pagar los sepelios y una hipoteca inversa para el ganador.
Otra opción es Vándalos. Sueltan a una docena de salvajes por las calles de Madrid y a ver quién quema más contenedores. Atropellar carros de niño puntúa doble.
Si tienen el morbo más desviado pueden filmar Ya soy mujer donde una panda de niñas chupipandis concursan para llegar antes a la pubertad. Igual acaban la mitad de ustedes en la cárcel, pero la audiencia sería de escándalo. Cuando el interés decaiga pueden añadir nuevos alicientes metiendo niños en el armario o curas en el confesionario.
Otras ideas más nimias incluirían una escuela de fútbol, clases de repaso con nominados cuando suspendan un examen, cursos de ganchillo, campeonatos de cofradías de Semana Santa, Gran Hermano Penitenciario o sesiones de corrupción política con Cristina Borbón de jurado.
La tele es lo que es y nos la tenemos merecida. Hasta ahí comulgaré siempre con ruedas de molino, pero… ¿no podría ser que las aspas trajeran agua fresca y no mierda sensacionalista para variar?

4 comentarios:

  1. Ja ja ja ja ja ja ja ja....¡Buenísimo Drywater!...Volvemos al discurso de siempre, tenemos lo que merecemos, España es lo que es...Muy divertido, con una ironía que no deja indiferente...Je je je.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Un gran post!!!
    Yo antes veía la tele, ahora me he dado cuenta de una cosa: verla no sirve para nada. ¿Por qué? pporque tragarse esos programas patateros es una inútil pérdida de tiempo. Prefiero leer, visitar museos y directamente ver películas. en lo que respecta e aesa clase de programas, jamás!

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Jajajajajaajajaja, pues todavía me temo que no hemos visto nada, esto irá cada vez más en decadencia. A fin de cuentas, si lo piensas, es una forma de hacer que la gente no piense y se mantenga entretenida.

    La putada es que cuando encuentran un formato que funciona lo explotan hasta matarlo. Son de exprimir hasta la cáscara.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  4. Viendo los ejemplos que proponías, no he podido evitar recordar que, efectivamente, ya hubo un reality para niños futbolistas (lo emitían en Intereconomía), un programa con niños estudiantes ("¿Sabes más que un niño de primaria?"), El Coro de la Cárcel (en TVE)...

    Ahora que definitivamente ya no parecen saber qué inventar, empieza la carrera por los mush-up: en laSexta se estrena en nada "COCINEROS ESPAÑOLES POR EL MUNDO". Yo, personalemente, aguardo impaciente "El Estudio De Tu (Corta) Vida", donde unos niños de entre 5 y 6 años tendrán que construir su propio estudio de grabación si quieren ser cantantes.

    ResponderEliminar