miércoles, 28 de noviembre de 2012

Fin de Jorge Torregrossa

Pocas veces un título de largometraje es tan engañoso porque, si bien tan escueto veredicto ya nos antecede el desenlace de la trama, la manera de gestionarlo deja muchas más dudas que certezas, y la sensación inequívoca de que hemos estado engordando una respuesta que no acaba de llegar. Pese a ello, “Fin” es el comienzo cinematográfico, si exceptuamos numerosos cortometrajes y un buen puñado de episodios de series de TV, de Jorge Torregrossa. La ópera prima se queda a veces en un medio tiempo entre el thriller apocalítico y el drama social. Es de apreciar que la película no se limite a producto de usar y tirar, que busque la innovación mediante la fusión de dos géneros relativamente manidos por separado en el cine español.

El punto fuerte del largo, más allá de una actuación notable de Maribel Verdú y Daniel Grao, es quizá la tensión emocional, el misterio irresoluto, los porqués que se agolpan en la ventana del raciocinio esperando ser explicados. Mientras tanto, un elenco de rostros televisivos un tanto trillados conducen la trama con ejecuciones más o menos acertadas, sin grandes alardes, pero sin desentonar, encabezados por la inexpresiva Clara Lago y secundados por Blanca Romero, Carmen Ruiz y Antonio Garrido y el modelo Andrés Velencoso, éste último en un papel más que digno y con cierta profundidad dramática.
Los interrogantes no se acaban de cerrar y las soluciones se intuyen más que se muestran. Uno se queda con la sensación de haber recorrido un largo trecho para ver un paisaje argumental que luego no aparece en el fotograma. Es entonces cuando el espectador debe recomponer las migajas indicadoras del camino para completar la trama mediante sinécdoques del guión.

CONTIENE SPOLERS

Así, lo más cerca que estaremos de saber lo que les pasa a los desaparecidos es contemplar a la niña traslucirse ante los aterrados ojos de Maribel. No sabemos muy bien qué es, pero resultará tan horripilante que ella preferirá ser devorada por un león antes que esperar el olvido etéreo. Los dibujos visionarios nos dicen que Eva quedará sola en el barco, pero las últimas escenas todavía resisten a la pareja en un sopor calmo. Es como si nos hubieran robado cinco minutos de metraje para justificar algo que en caso de aclararlo podría llegar a decepcionar.
Por lo demás, la cinta parte del repetidísimo tópico de reunir a un grupo de amigos en un lugar aislado mientras el promotor de la idea acecha afuera. Un sujeto que, como siempre en estos casos, fue víctima de la inconsciencia de sus compañeros y cayó en la esquizofrenia tras una ingesta forzosa de pastillas volviéndose un shakespeariano loco con visiones proféticas.
Los personajes tienen fricciones nada más llegar y se demuestra pronto que nunca debieron reunirse veinte años más tarde. En eso la película innova porque no se limita a asustar y despachar a todos aquellos que “se lo buscan”. La trágica y enigmática eliminación de secundarios se va intercalando con reacciones extremas y con revelaciones ambiguas sobre las relaciones interpersonales. Así, antes de desaparecer se adivina un tórrido conflicto homosexual entre Hugo y Félix soterrada bajo la culpa y el miedo a salir del armario. Del mismo modo, el desenlace trágico de cada víctima parece vincularse a cierto paroxismo extremo e irrevocable.
Los efectos especiales apoyan la trama en lugar de estropearla y ayudan a transmitir la sensación de soledad, aislamiento y predeterminación, desviando someramente la atención de las cosas que importan para centrarnos en su ruido y espectacularidad.
La parte final del filme parece ralentizarse buscando cierta belleza formal. Sí consigue  ahondar en el drama humano aunque tal vez con resultados desiguales. Acaba pareciendo lenta y demasiado contemplativa, y el cuaderno de dibujos vaticinantes tampoco logra resolver los interrogantes que nos han clavado en la frente.
La fotografía, por el contrario, es uno de los aciertos de la obra. Abruptos paisajes naturales rematados por animales alterados y estampas desiertas, desoladas, como esa Peñíscola fantasmagórica y espectral, blanca e inquietante al sol del mediodía, o esos huesos de avión deslavazado sin vestigio alguno de ADN humano. Inconclusa, excesivamente abierta, demasiado gaseosa, pero de hermosa factura. Plástica, muy plástica, pero no esperen un buen final para “Fin”. O mejor, no esperen un final.

9 comentarios:

  1. Muy buena reseña. A mí el libro me pareció un tanto insulso. Una buena idea mal llevada. Supongo que a la peli le pasa lo mismo. En cualquier caso quiero verla, aunque sólo sea por ver a Maribel Verdú.

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  2. Jolín, qué velocidad.
    Confieso que leo pocas novelas, pero es de agradecer una opinión literaria de la obra original.

    Un abrazo

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  3. La peli es bastante sosa y no tiene sustancia. Tan abierta, que no dice nada. No la recomiendo.

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  4. Bueno, de todos modos habrá que verla...a las óperas primas me gusta darles una oportunidad. Muy buena crítica. Un abrazo.

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  5. Buena critica Dry. A mi personalmente no me ha hizo gracia esa cinta.
    Un abrazo!

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  6. Esta película me recuerda a "El arte de morir", por lo menos al principio, aunque fue mucho más interesante y con más contenido la primera.

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  7. Quiero verla y con la critica tan completa y buena que haces me apetece aún más.
    Un abrazo Drywater

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  8. Fui a ver esa película Dry, y bueno... dejó mucho que desear, una amiga, moody y yo fuimos emocionadas esperando desvelarnos toda la noche, y simplemente terminamos echándonos unas risas.. ajaajaj

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  9. Pocas veces veo películas apocalípticas, pero disfruto cuando te atrapa tanto misterio. Ésta tiene una historia interesante y creo que cuenta con gran calidad en la producción.

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