No hace veinte lunas que
despachaba inmejorablemente el dulce paseo del viernes que un profeta me
entregó en un papel milagroso la palabra de Dios. Pero no un Dios cualquiera.
Me tocó el juez apocalíptico e implacable, castigador de los impuros, azote de
los malos, extremista y radical, cruzadista y inquisidor. Yo pensaba que en el
siglo XXI no quedaba más cristiano que Ronaldo, pero parece que aunque no
estemos muy católicos, aún queda espiritualidad más allá de las bodas y de Anne
Germain –que me perdone mi madrastra que la adora-.
Apenas leí dos líneas y vi la
luz. Tenía un tesoro insondable entre mis manos. Una excusa inexcusable para
pensar, digresionar y elucubrar. La iluminación divina sólo llegó hasta allí.
No me he vuelto asceta ni místico. En todo caso, la mini-epístola decía así:
¡NO ERRÉIS!
1 CORINTIOS 6 : 9 - 10
9 ¿No
sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los
fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que
se echan con varones,
10 ni
los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los
estafadores, heredarán el reino de Dios.
¡ARREPENTÍOS!
Yo después de esto me monto mi
película y digo: “Bueno, y ahora… ¿quién va al cielo? Porque a este paso no
llega ni San Pedro.”
Imaginemos un portero de la
discoteca El Cielo, llamado Pedro, que le niega el paso a los que llevan
zapatillas, aunque él use otros pretextos.
ÁRBITRO: Hola,
buenas. ¿Se puede?
SAN PEDRO: Va
a ser que no. No eres un paradigma de la justicia.
ÁRBITRO: Soy
rencilla, no balanza.
SAN PEDRO: Se siente. ¡El siguienteeeeeeeeeeeeeee!
PICHA BRAVA: Qué pasa, chaval.
SAN PEDRO: Tú no, flipao.
PICHA BRAVA: ¿Pero por qué no, tío?
ILOVEJUSTINBIEBER: ¡Huuuuuuuuuulaaaaaaa!
SAN PEDRO: Tira, groupie, piérdete.
ILOVEJUSTINBIEBER: ¡Oyeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!
SAN PEDRO: Anda, niña, toma dos euros y te compras un
cola cao en los chinos.
ILOVEJUSTINBIEBER: ¡Jooooooooooooooooo!
ADÚLTERO: Salud, socio. ¿Hay ganado dentro?
SAN PEDRO: ¿Cómo?
ADÚLTERO: Conejos, jacas, perracas, lobas, potras,
gacelas, zorras, gatas, cerdas, leonas, hipopótamos, tigresas…
SUAVE: Buenos días, cariño. ¿Está
reservada la admisión?
SAN PEDRO: No
puedes entrar, nenaza.
SUAVE: Pero, ¿por qué?
SAN PEDRO: A que no te depilas.
SUAVE: No. Me hago la cera.
SAN PEDRO: Pues
eso, suavona.
OSITO: Hola, pimpollo.
SAN PEDRO: Fuera
las manos.
SAN PEDRO: No. Y a
los Pet Shop Boys tampoco. Ni a Gloria Gaynor, ni a Alaska ni a Mónica Naranjo.
¿Entiendes?
OSITO: Sí.
SAN PEDRO: Pues yo
no.
BANQUERO: ¿Se puede? Llevo zapatos y corbata.
SAN PEDRO: Aquí
pingüinos cero.
BANKERO: Vale
pues, adiós.
SAN PEDRO: ¡Mi
cartera! ¡Qué hijoputa!
CONSTRUCTOR: ¡Qué pasa, zagal! ¿Puedo
entrar? ¿Te vendo un pisito? Contesta a la segunda pregunta.
SAN PEDRO: Cierra
la murallaaaaaaaaaaaaaa.
COCIDO: ¡Hic! Que chalgo un momente a echar un
meo al garaje, que el baño eschá hasta el culo de gente empastillándoche.
SAN PEDRO: Vale,
tío.
COCIDO: Ya.
SAN PEDRO: ¿Ya
qué?
COCIDO: Que
ya he meao, gorila, que me dejes entrar.
SAN PEDRO: No se permiten
borrachos en el cielo.
COCIDO: Pero tío, hic, si me acabo de mamar
dentro. No me vacilech.
SAN PEDRO: Te jodes, pimplao. Y ahí no potes.
SAN PEDRO: ¿Qué?
NINI: Que te abras, tolai, flipao,
surnormal.
SAN PEDRO: Es
subnormal.
NINI: ¿Qué
me has dicho, qué me has dicho? ¡Hijoputa! ¡Mecagüendios!
SAN PEDRO: Huyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy.
Abre bien los dientes que te los voy a partir.
NINI: ¿Tú a mí? ¿Tú a mí, cabrón?
¡Hijoputa! ¡Follaviejas! ¡Pozal de mierda! ¡Comeheces!
SAN PEDRO: ¡Zas!
(en toda la boca).
POLÍTICO: Buenos días, queridos españoles.
SAN PEDRO: Pero si
estoy solo.
POLÍTICO: Porque estamos de ajustes.
SAN PEDRO: De
recortes.
POLÍTICO: Un
eufemismo, estimado contribuyente. ¿Me das una entrada gratis, que soy
ministro?
SAN PEDRO: Ni
gratis ni pagando, señor importante.
POLÍTICO: ¿Pero por qué?
SAN PEDRO: Por
estafador.
POLÍTICO: Esto es anticonstitucional.
San Pedro mira al suelo con gesto
dubitativo. Luego mira al cielo (al interior del pub) y sólo ve monjas go-gós
con más capas que una cebolla de Fuentes.
“Nadie. Si no pueden pasar ni los injustos, ni los fornicarios, ni los
idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con
varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes,
ni los estafadores… ¿quién coño va a heredar el negocio? Mierda, he soltado un
taco. Ya no puedo entrar. ¿Por dónde se habrá marchado el banquero?”
Genial. En el infierno no debe caber ni un alfiler ;)
ResponderEliminarPonen más requisitos para entrar al cielo que para cobrar cualquier ayuda o solicitar cualquier beca, madre mía...
ResponderEliminarJajajaja, me hiciste reir. ¡Buen trabajo!
Derroche de creatividad y humor..Muy divertido Drywater...
ResponderEliminarUn abrazo
Ha sido divertido de leer XD
ResponderEliminarJajaja lo mejor es el final! Un abrazo, Dry! ;)
ResponderEliminarPobre San Pedro... siempre a las puertas del cielo, teniendo que imponer las reglas que a él le han impuesto y sin poder entrar nunca.
ResponderEliminarUn abrazo!
Muy buen relato. Ja ja.El cielo cada vez está más caro!
ResponderEliminarLlégo tarde Dry, yo como siempre..aggggg!!! Me he reído cosa fina, eso si. Lo del político como puntilla del post, genial.
ResponderEliminarAbrazos Dry!!