lunes, 10 de septiembre de 2012

Ése es el problema

Hace pocos días aparecía un político quejándose de que con sus 5100 euros no le daba, y las reacciones populares –que no del PP– oscilaban desde el que se indignaba civilizadamente hasta el que, entre insultos legítimos, pedía quemar en la hoguera al desagradecido privilegiado. El nota, sin embargo, no citó semejantes exabruptos como medida de provocación o refinado cinismo. El pavo hablaba en serio. De poco valió que se disculpara públicamente o que intentara aducir miles de gastos de dos costosas viviendas, la peña ya estaba picada.

Este tipo de episodios denuncian, más allá de que habitamos una sociedad tremendamente descompensada, que cada estrato social es absolutamente ajeno y desconocedor de las circunstancias de las demás capas, tanto superiores como inferiores. Uno tiene la vida que tiene, con sus ventajas y privilegios o sus estrecheces e inmundicias. Si no le abren los ojos, el diputado seguirá pensando que el Gobierno le ha jodido porque en lugar de 6000 cobra 5000. Y lo que es peor, ciego ante la perspectiva, mirará al pobre con recelo porque a ése sólo le han quitado 10 euros mientras a él le sangran 1000. Para el amigo político gallego, con su mundo irreal flotando en una burbuja de protección, efectivamente le han hecho una putada muy gorda, y sólo cuando le cuentan lo que de verdad cobra un parado, o una familia entera malviviendo de un AIF, o un mileurista con cinco hijos, sólo entonces se percata de que más le vale cerrar la boca y rezar para que los hambrientos no le asalten la casa y se atrincheren en la nevera.
Vivimos en la sociedad de la información, y eso es muy peligroso. Más que nada porque los medios filtran lo que quieren, y lo mismo demonizan a ciertas profesiones –profesores, controladores, funcionarios– que protegen anonimando a otras –políticos, altos ejecutivos, futbolistas, banqueros–. Nunca la verdad ha sido tan mentirosa, porque lo mismo nos cuentan la infidelidad del vecino que ocultan la pederastia del portero, por amiguismo, afinidad o enrevesados resortes que no alcanzo a comprender. Yo estoy seguro que la mitad de los blindados de este país no son conscientes de cómo lo están pasando la mayoría de inmigrantes y una buena parte de los nativos, y que la otra parte de los ricachos están rezando mientras se frotan la manos para que no nos demos cuenta de cómo viven, porque el día que nos cosquemos, y ojalá ese día llegue, quemaremos el parlamento, saquearemos sus mansiones y los pasaremos por la guillotina. ¿Les parece excesivo? ¿Y que piensan que nos están haciendo ellos civilizadamente?

3 comentarios:

  1. quemar el parlamento, humm!...saqueos de mansiones, humm!...guillotinas, humm!...a las barricadasssss!!!!

    Hasta ahora Dry!!

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  2. Pues sí, vivimos remojados en un océano de información que parece alejarnos en vez de acercarnos. Y dentro de ese mar, los hay más tontos y menos. Y ese diputado se lleva la palma. madre mía.

    Un saludo :)

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