domingo, 15 de agosto de 2010

Origen, de Christopher Nolan

Robusta, compleja, multipoliédrica y simbólica, Inception –traducida como Origen- nos habla del sempiterno dilema de jugar a ser Dios, no en un sentido biológico como hacía Victor Frankenstein, sino en un plano onírico de laberínticos entramados y conexiones que volverían loco al mismísimo Eduardo Punset.
El filme aborda la posibilidad de manipular los sueños, de inducirlos y de husmear en ellos cual hacker del subconsciente. Y es en ello, en la caótica amalgama de recuerdos, anhelos, miedos e imaginación desbordada que los profesionales del sueño pretenden zancochar primero y lucrarse después a costa de las pesadillas ajenas. DiCaprio es Cobb, un psico-chorizo que induce a sus víctimas a sueños manipulados. Mientras el soñador crea y proyecta a su libre albedrío, la arquitectura viene impuesta de serie por el ladrón, que participa de la experiencia onírica. Así incide en el sueño, interactuando con el sujeto que piensa que está viviendo lo que sucede y no soñándolo. Cuando despierta y comprende que todo eran caprichos de la mente y de Leonardo DiCaprio, es posible que sus más ocultos deseos, sus ideas más prohibidas o la combinación de la caja fuerte estén ya en la libreta de su invitado forzoso.
El equipo de Cobb consta de experimentados científicos, pero a su vez incluye proyecciones involuntarias de su propio subconsciente, que campan a sus anchas por los sueños ajenos haciendo y deshaciendo a su antojo, que lo mismo juguetean por los pasillos que cosen a balazos a la víctima.
Christopher Nolan crea una serie de convenciones que deben tenerse presente para comprender el largo. Para despertar de un sueño se necesita un buen pellizco, una bofetada, una caída libre en condiciones o directamente morir en dicho sueño. Una peonza girando significa que lo que ocurre no es real, que es producto de la mente mientras dormimos. Y el tiempo en los sueños dura treinta veces más, con lo que una noche inspirada podemos soñar que permanecemos diez días en un lugar imaginario. Los golpes duelen, los besos saben bien y el agua moja, o al menos eso nos dice la mente. Cuando despertemos será el momento de constatar que todo era un engaño de la psique.
Para acabar de complicar la trama, Nolan reproduce la shakespeariana “obra dentro de la obra”. Así, los protagonistas se ven inmersos en varios niveles de sueños como si fueran cajas chinas. Duermen en la realidad y sueñan con algo que toman como real. Dentro de ese nivel vuelven a dormitar e imaginar un nuevo escenario en el que suceden nuevas acciones, incluyendo volver a soñar con sucesivos estadios. La idea, aunque compleja, se resuelve de manera clara en la cinta. Otra cosa es que el director juegue con lo real y lo ficticio como si fuera un trilero, escondiendo lo veraz y lo mentido con los dedos de un prestidigitador celuloidal. En este sentido recuerda mucho a Abre los ojos y El arte de morir, donde, a diferencia de Matrix, el espectador no sabe que es realidad y que es sueño o recuerdo.
Respecto a los actores, se agradece reconocerlos al servicio de la película y no al revés, cosa muy frecuente en Hollywood. DiCaprio ha mejorado como los buenos vinos, y si en algún momento mereció las más voraces críticas por Titanic, hace ya tiempo que escoge sus papeles con inteligencia. Sus interpretaciones ganan con los años y cada vez resulta más creíble en su versión dramática. Joseph Gordon-Levitt, Ellen Page y Tom Hardy surgen con fuerza y prometen copar la pantalla los próximos dos lustros. El eterno samurai Ken Watanabe realiza un estupendo rol secundario. Los veteranos Tom Berenger y Michael Caine redondean el reparto con acierto.
En resumen, Origen es un proyecto muy interesante, lleno de matices y detalles inapreciables en un primer visionado, pero la intención de Nolan queda explícita desde las primeras zetas acompañando al serrucho y al tronco. Eso sí, si lo que pretenden es ir al cine para no pensar, mejor busquen cualquier otra sala que en esta época abundan los productos sin exigencias cognitivas.

7 comentarios:

  1. Aún no la he visto, pero es de las películas más comentadas en todos los blogs, así que ya se verá cuando se pueda.
    Besos y gracias por comentar en mi blog.

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  2. Pues yo no tengo claro si la peli me gustó o me pareció un tostón. Tengo que pensarlo un poco más.

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  3. Me han comentado que es una buena película, creo que iré a verla.

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  4. La obra en la obra... o el teatro en el teatro como me lo enseñaron a mi.
    Precisamente ese que comentas es un detalle importante para entender la película. El sueño en el sueño es como el teatro en el teatro... o el cine en el cine... Paralelismos. Si el sueño es una ilusión de la mente, y el cine es también una ilusión, algo irreal... No será la película una metáfora del cine en si mismo?

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  5. Me encantó esta película. Original, impactante y tremenda.

    La recomiendo 100% a todo el mundo. Se ha convertido en una de mis favoritas y me dejó pensando más de una hora una vez terminó la película.

    Muy, muy, buena.

    Un saludo.

    Oski.

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  6. De momento no hay nada que este director haya dirigido que no merezca una "quitada de sombrero". Bravo por Christopher Nolan, bravo por el cine interesante e inteligente.

    Un saludo!

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