Parecía una casa señorial: sobria, granítica, elegante. El futbolista que la moraba era de gusto selecto y poco dado a la opulencia. Patricio Márquez estaba encantado con ese tipo de clientes. Podían querer pagar o no, pero no podían alegar insolvencia económica. El timbre sonó de forma seca y breve. A Patricio no le gustaba expresar impaciencia mediante largos y repetidos timbrazos. Prefería algo más directo.
- ¿Señor Mesa?
- ¿Perdón?
- ¿Vive aquí el señor Mesa?
- Che, vos te equivocaste. Es Messi, Leo Messi.
- Ah, disculpe. ¿Es usted León Mesi?
- Eh, claro que sí, boludo.
- Tengo una multa para usted de la SGAE.
- ¿Cómo decís, pelotudo?
- Tiene que pagar a la Sociedad General de Autores Españoles.
- ¿Por? ¿Qué hice?
- Pues que va a ser. Ha plagiado arte.
- Che, vos os equivocás. No entiendo nada de arte ni tengo cuadros ni estatuas. Yo juego al balompié.
- No, no. Usted ha plagiado a un tal Diego Amador Maradona.
- Armando, vos os refería al “Pelusa”.
- Desconozco si el señor Maradona os tiene pelusa o no, pero le habéis copiado algo que él creó.
- Por Dios que no le entendí. O vos no me entendiste a mí. Yo no copié nada.
- Si lo hizo. A ver… usted don León Mesi plagió una jugada de gol original de un partido de fútbol del mundial 86 entre Argentina e Inglaterra. A ver, “El señor Mesi reprodujo la jugada en un partido de copa del rey Barcelona – Getafe.” No puede negarlo.
- Pero yo no plagié. Vos podéis verlo. Fue una jugada fortuita. Salió así. No copiaba a Diego. Sólo se parece.
- Eso dicen todos. ¿Va a pagar o esperará el fallo judicial? En el segundo caso lleva de 300 a 6000 euros de recargo en función de las costas.
- Eh, esto, che, ¿cuánto resultó, boludo?
- Serán 565 €. No hay reincidencia.
- Aquí tenés. Estoy espeluznado.
- No se preocupe. Muchos no saben que plagian. Para eso estamos nosotros. No vuelva a hacerlo, ¿vale?
- Descuidá, no volveré a copiar, lo prometo.
- Más vale. La SGAE no perdona. Aunque los autores sean argentinos, nosotros velamos por sus intereses en España.
- Ya le comprendí.
- Y tenga cuidado con ese corte de pelo a lo Dustin Hoffman. Si se determina que pudo haber plagio al actor deberá pagar otra multa y sería reincidente.
- Descuidá. Ya mismo me vengo a cortar la melena.
Patricio Márquez marchó satisfecho. Los ricos pagaban rápido y evitaban la tediosa burocracia. Esa noche llegaría al documental de “Leones en remojo” de La 2.
No des ideas, no des ideas, que estos de la SGAE le echan mucho morro ;P
ResponderEliminardirty saludos boludo¡¡¡¡¡
Me gustó la historia
ResponderEliminarSeguro que es primo de Ramoncín :-)
ResponderEliminarAnda que no aparece este hasta en la sopa
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