jueves, 25 de marzo de 2010

El club de la mentira (4º sesión y última)

MERCHE: - Hoy somos uno menos.
WENCES: - No jodas. ¿Otra vez?
CUSTO: - Míralo tú mismo. Además de Fran hemos perdido a Matthews.
DANI: - Calma. Igual se ha retrasado.
BALTA: - Eso, yo quiero que venga y que escuche mi historia.
MERCHE: - Pues me temo que no vendrá. Me ha llegado esta carta suya al trabajo.
BALTA: - ¿Y qué dice, qué dice?
MERCHE: - Pues muchas cosas. ¿La leo?
WENCES: - No. Mejor al final. No quiero que su contenido influya en los testimonios de hoy. ¿Os parece?
CUSTO: - Bueno, yo prefería la carta primero, pero si tú lo dices.
WENCES: - Sí, yo lo digo. Fran, ¿nos cuentas algo de ti?
BALTA: - Claro. Soy un falso pederasta.
DANI: - ¿Que te acuestas con presuntos niños pero que son mayores de edad?
BALTA: - En realidad no me acuesto. Voy a Colombia, India, Brasil y Camboya a hacer turismo sexual con mis amigotes. Pero no tengo relaciones con nadie, ni menores ni adultos.
MERCHE: - Entonces… ¿finges que haces turismo sexual y no haces nada?
CUSTO: - ¿Y no sería mejor que no fueras directamente?
BALTA: - Es que aprovecho el viaje para ayudarles. Les compro ropas, medicamentos y les doy dinero a cambio de nada. La gente cree que lo hago a cambio de cohabitar pero no es así. Es mi tapadera.
DANI: - “Cohabitar”. Qué bien suena.
WENCES: - No te lo crees ni tú, Baltasar, rey mago.
BALTA: - ¿Cómo dices, Wenceslao?
WENCES: - Nadie finge ser pederasta si no lo es. O realmente eres un pedófilo o no has hecho turismo sexual en tu vida. De un modo u otro nos estás mintiendo. Nosotros podremos jugar a que somos psicólogos, pobres, heteros o profesores, pero nunca se miente para ir a peor, y muchos menos para algo tan bajo como abusar de menores, Richi.
BALTA: - ¿Cómo has dicho?
WENCES: - Richi. Eres Richi, el novio de Fran. Baltasar es tu verdadera mentira.
BALTA: - Así es, Wenceslao. Me has descubierto.
MERCHE: - ¿Eres el exnovio gay de Fran? ¡Ay, Dios mío!
BALTA: (SACANDO UN 38 DE LA CHAQUETA) – Sí, lo soy, hijosdeputa, sarnosos, enfermos. Putos sectarios del infierno.
CUSTO: - ¿Pero qué haces, Balta, no ves que eso es peligroso?
BALTA: - Calla, puto ricacho acojonado. No tienes cojones para explotar al obrero y luego salir a la calle. Cobarde, fariseo.
WENCES: - Aquí todos somos fariseos, Richi, y tú el primero.
BALTA: (DISPARANDO CINCO TIROS SOBRE EL PECHO DE WENCES) – Toma, hijoputa tuercementes. Tú tienes la culpa de todo, escoria, deshecho fallido, psiquiatra de pacotilla. Trabajas en un gabinete psicológico y nunca acabaste la carrera, bastardo inmundo. Tu trabajo entero, tus terapias de mierda, tus consejos a gente hundida son todos falsos. Y por eso montaste esto, para reunirte con otros perdedores como tú para aliviar tu fingida existencia, tu vida de cartón-piedra, tus negligencias e incapacidades. Wenceslao Mora San Martín, no eres un psiquiatra. No eres nada. Sólo seis agujeros humeantes y la única verdad son los borbotones de sangre que salen por ellos asqueados de llenar tus venas de inmundicia. ¡Rediós que bien me ha sentado matarte!
DANI: - Por favor, por favor, déjanos. No hemos hecho nada.
BALTA: (RECARGANDO LA PISTOLA) – Vaya, vaya. Toda la culpa es pues de Merche, ¿no, Dani? ¡Puto vegetariano cárnico, que vas de lechuguino y en el fondo te va el filete más que el botox a las marujas ricachonas!
DANI: - No me hagas nada, por favor. Fue Wences, Wences lo hizo todo. Él creó toda esta farsa. Los demás estábamos desesperados.
BALTA: - ¿Desesperados, hijosdeputa? Desesperado yo cuando Fran empezó a rechazarme, cuando comenzó a evitar mis labios, cuando no más hacía el amor conmigo, por vuestra puta culpa, cabrones de mierda, manipuladores, jodefamilias.
CUSTO: - Fue él quién decidió que ya no le gustaba el armario del que había salido. Le ayudamos a ser libre. Él ya no te quería, Rich…
BALTA: (DISPARA SEIS VECES EN LA CARA DE CUSTO) – ¿Pero alguien te ha dicho que hables, puto millonario gilipollas? Que pa’rato estarías aquí haciendo el gilipollas con estos muertos de hambre si no tuvieras la cuenta a reventar, falso hipócrita de mierda, puto friki de los dólares.
MERCHE: - Dios mío, que se lo ha cargao también.
BALTA: (VUELVE A RECARGAR EL ARMA) – Mira que sois estúpidos que por dos veces he rellenado el cargador. Si me hubierais parado la primera vez, Custo aún tendría cara de tontoelculo en lugar de cara de cromo, y si hubierais tenido unos mínimos huevos no habría tenido tiempo de volver a cargar ahora. Cuando os mate lo haré porque os lo merecéis, pero también porque ensayáis para subnormales. ¡Puta cajera del Carrefour! Te voy a disparar en la tripa. ¿O te mato a ti, vegetariano que comes hamburguesas? ¿Qué hago? Dímelo, Dani, ¿te mato a ti o mato a la presunta abogada que tiene que aparentar delante de sus amigas?
DANI: (LLORANDO) – ¡Mátala a ella, mátala a ella! Quiero vivir. No me mates, por favor. (SE BAJA EL PANTALÓN HASTA LAS RODILLAS Y SE PONE EN POMPA) Hazme el amor. Yo también soy gay. Pétame el culo, fóllame, hazme tuyo, Richi.
BALTA: (DISPARA CUATRO VECES SOBRE LA COLUMNA VERTEBRAL DE DANI) – Follado.
MERCHE: (SE CALMA DE REPENTE). - Cuando quieras.
BALTA: - Ya lo has asumido.
MERCHE: - Dicen que hay un momento en que uno sabe cuándo va a morir y es mejor aceptarlo.
BALTA: - Así es, zorra.
MERCHE: - No, Balta, o Richi. No he hecho daño a nadie. Mi único pecado fue fingir que trabajaba en un prestigioso bufete cuando en realidad nunca acabé derecho. Mi historia no era muy diferente a la de Wences, aunque yo nunca manipulé a nadie. El único mal que podía hacer era aparentar ante las estúpidas de mis amigas que tenía un título como ellas y un trabajo cualificado. No tengo nada que ver con que Fran se volviera hetero. Y ellos tampoco. Si Fran te repudió sería que nunca tuvo muy claro que fuera homosexual. O tal vez tú cambiaste y dejaste de ser el hombre cariñoso y atento que él necesitaba. Supongo que Fran lleva varios días muerto, ¿no?
BALTA: - Así, es. El último día que vino aquí le seguí y luego le pedí explicaciones. Después lo violé a punta de pistola y lo maté por la espalda cuando todavía estaba dentro de él. A la semana siguiente me presenté aquí para consumar mi despecho. Antes de asesinaros quería conoceros, entenderos, pero no lo he conseguido. No comprendo que os ocultéis bajo vuestra inseguridad y cobardía en parapetos de apariencia y armonía social. Os merecíais esto.
MERCHE: - Me das asco.
BALTA: - A Fran también y eso que lo trataba a cuerpo de rey. Por eso hoy moriréis los que le ayudasteis a dejarme.
MERCHE: - Cuando quieras.
BALTA: - Cuando yo quiera, puta asquerosa. Por gente como tú Fran me dejó. Tenía que matarlo. Nunca me ha dejado nadie.
MERCHE: - ¿Entonces era eso? ¿Puto orgullo mariconil?
BALTA: (GOLPEÁNDO CON LA CULATA LA NARIZ DE MERCHE) – Calla, zorrón verbenero. Si no te he matado aún es porque quiero unir todas las piezas. Léeme la carta de Matthews.
MERCHE: (ABALANZÁNDOSE SOBRE BALTA) – No, maldito, no. (RECIBIENDO SEIS DISPAROS EN EL TRONCO) Hijoputa, cabrón, te deseo que vivas para siempre en una agonía contin…
BALTA: - Vaya, y yo que quería oír esa despedida epistolar. Es curioso, a ti que eres la más débil te he metido en el pecho todo el tambor. Me siento de puta madre. En cuanto me cargue a Matthews me pienso tomar una botella de champán francés que guardo en la nevera.

LA PUERTA SE ABRE DE UN PORTAZO Y APARECEN LOS GEOS GRITANDO A BALTA QUE SUELTE EL ARMA. ÉSTE SE PONE NERVIOSO Y COMIENZA A CARGAR LA PISTOLA CON HISTERIA. DESPUÉS DE VARIOS AVISOS OMISOS BALTA APUNTA A LOS AGENTES Y RECIBE 34 DISPAROS EN EL CUERPO. EL HUMO SE ESCONDE EN EL SILENCIO. UNO DE LOS GEOS COGE LA CARTA DE MATTHEWS DE LAS MANOS DE MERCHE Y LA LEE EN SILENCIO.

“Estimados compañeros del club,

Os escribo la siguiente misiva para indicaros que lo dejo. Vuestra ayuda me ha proporcionado la confianza que necesitaba para salir de mi problema. Llevo veinticinco clases prácticas en una academia con un colega de toda la vida. Le he contado el problema y se ha prestado a ayudarme. Me siento otra vez seguro y capaz de conducir el vehículo hasta el punto de quedada. No lo hubiera conseguido sin vosotros. Gracias otra vez. Conociéndoos me he dado cuenta que no se puede huir siempre de los miedos, ni tampoco ocultarlos en burdas excusas. He visto en algunos de vosotros una clara intención de mejorar, de salir de esto, de dejar de engañaros. Sé que lo conseguiréis.
Sin embargo, he notado que alguien, ya sabéis quién, tiene tanto miedo a la verdad que ha decidido instalarse en el club para siempre, y que cada valiente paso hacia la realidad que damos los demás no es para él sino una puñalada en sus temerosos esquemas. Sí, estoy hablando de Wences. Tienes miedo. Miedo a estar solo, a que todos superen sus temores y te abandonen en tu cobardía. Porque tú sabes que no quieres cambiar, que nunca has sido psiquiatra y que nunca lo serás; que no admites tus limitaciones y que eres incapaz de volver a matricularte en la universidad para que tus mentiras y tus sueños sean uno. Por eso fundaste el club. Nunca quisiste ayudarnos, tan sólo tener perdedores a tu alrededor, pacientes para tus terapias sin titulación, inmaduros como tú que no quieren mirar la vida de frente.
A los demás, mucha suerte. Yo he dado el salto gracias a vosotros. El club es un buen sitio, pero únicamente si se usa de precario trampolín. Acurrucarse a su amparo es morir poco a poco, desangrarse dulcemente sin dolor y sin gloria, sentir La Parca balancear nuestra barca mientras le guiña la cuenca del ojo a Caronte, a la vez que Wences sonríe al otro lado del río pensando “otro que ha fracasado como yo”.
Olvidaros del club, tomar impulso y saltad hacia la verdad, porque vale más una derrota gloriosa que una victoria deshonrosa. Porque al otro lado se respira más limpio y las tripas no te reconcomen el alma. Porque si os quedáis allí moriréis. Quizá no violentamente, pero de vergüenza y tedio. Marchad prestos, huid de vuestro miedo, abrazad la honestidad. Mucha suerte, amigos.

Matthews”

7 comentarios:

  1. Joer, qué agresivo se ha vuelto esto...
    Muy interesante el club de la mentira. Por cierto, ¿te he dicho que no soy cantante?
    Salu2

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  2. Parece que alguien se ha hinchado a pelis de acción y tiros esta semana....jeje
    Con la boca abierta me he quedao. Glorioso!Bueno de verdad. Me encanta leer tus historias.

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  3. Madre, que giró más violento que ha dado la historia... Me parece a mí que el club de la mentira ya ha acabado para siempre... ;P

    dirty saludos¡¡¡¡¡¡¡

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  4. Muy majo, una pena que termine.

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  5. Bueno, ya tenía pensado el final desde el principio, aunque no quería que las sesiones se alargaran demasiado.
    Un abrazo

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  6. Buena historia, aunque un poco brusca, ¿no?
    De todas maneras me ha gustado un montón.

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  7. "Porque si os quedáis allí moriréis. Quizá no violentamente, pero de vergüenza y tedio."

    Muy bueno

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