domingo, 10 de enero de 2010

El club de la mentira (1ª Sesión)

DANI: - ¿Es tu primer día?
MATTHEWS: - Sí.
FRAN: - ¿Cómo te llamas?
MATTHEWS: - Mi nombre es Matthews.
TODOS: - Hola, Matthews.
MATTHEWS: - Hola, chicos, ¿qué tal va eso?
MERCHE: - Pues vamos tirandillo, Matthews.
WENCES: - ¿Quieres hablarnos de ti, Mat?
MATTHEWS: - Aún no estoy preparado.
CUSTO: - Está bien. Nadie te obliga a participar hasta que no estés listo. ¿Conoces las normas del club?
MATTHEWS: - Creo que sí, pero si me las recuerdas…
WENCES: - Respeta y escucha a los demás. Sé puntual. Y sobre todo, jamás mientas aquí. Todos somos unos cobardes fuera de esta sala, pero aquí sólo decimos la verdad.
MATTHEWS: - Comprendo.
CUSTO: - ¿Quién quiere empezar hoy?
FRAN: - Yo, chicos, si puede ser.
DANI: - Claro, Fran. Cuéntanos.
FRAN: - Richi me ha obligado hoy a realizarle una felación.
CUSTO: - Vaya, Fran, lo siento de veras. ¿Ha sido muy duro?
FRAN: - Ha sido asqueroso. Casi vomito.
MERCHE: - ¿No podías negarte?
FRAN: - Prefiero esto a hacer el amor con él otra vez.
WENCES: - Lógico. Ah, Matthews, te ponemos al corriente: Fran es un gay arrepentido.
MATTHEWS: - ¿Cómo?
FRAN: - Sí, yo te cuento. A los dieciséis años mi identidad sexual se reveló y salí del armario. Fue un shock para mi familia. Mi hermana dejó de hablarme. Mi padre sufrió una angina de pecho. Mi madre dijo que yo no era su hijo. Les costó bastante perdonarme. Cuando cumplí veintiuno y les presente a mi novio Richi empezaron a comprender que no podían hacer nada. Lo acabaron asumiendo. En el colegio también fue una tortura. Hasta me desgarraron el ano con un palo de escoba. Fui de culo durante muchos años.
MATTHEWS: - ¿Eso era un chiste?
FRAN: - Más o menos. Aprendes a vivir con el humor de los heterosexuales. No te queda otra.
MERCHE: - Cabrones hijosdeputa.
FRAN: - Calma, Merche, ahora lo veo todo diferente.
MATTHEWS: - ¿Qué quieres decir?
FRAN: - Hace cinco meses descubrí que no me gustan los tíos.
WENCES: - Fran, yo sigo pensando que igual es una crisis de identidad.
FRAN: - No es una crisis. Los penes me producen muchísima aprensión. Ya no soporto el sexo anal. Y me pirro por las mujeres. Llevo cinco meses que se me van los ojos detrás de cada escote. Las tetas gordas me pierden.
MATTHEWS: - ¿Cómo te diste cuenta?
FRAN: - Un día Richi y yo tuvimos un rato de revolcón y al acabar me sentí como violado. No me gustó nada. No le di importancia, pero el mero contacto de mi novio no hacía sino incomodarme. Empecé a poner excusas. La relación está bastante rota, pero no puedo negarle algo de sexo semanal. ¡Me da una cosa!
CUSTO: - ¿Y si fuera que ya no te gusta Richi pero sí los hombres?
FRAN: - A ver, Custodio, para que me entiendas, llevo cuatro meses yéndome de putas para desfogarme, ¿comprendes? Consumo muchísimo porno y estoy más salido que un adolescente en una fiesta de pijamas. Me gustan las yeguas, y no quiero saber nada ni de osos ni de salchichas. He dejado de entender.
DANI: - ¿Qué vas a hacer?
FRAN: - Lo mismo que vosotros. Fingir hasta que la solución aparezca, hasta que reviente el mundo o que los cojones que tengo para frecuentar los clubs los tenga también para dejar al hombre con el que vivo y cuyo contacto me repugna.
MATTHEWS: - Es una putada.
FRAN: - No, Mat. Es una mariconada y además de mentira.

5 comentarios:

  1. Grande el relato... nunca es tarde para darse cuenta de lo que realmente gusta... Me quedo con las ganas de saber qué les pasa al resto de personajes ;P

    dirty saludos¡¡¡¡¡¡¡

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  2. Otra de estas historias que van por capítulos¡¡¡¡ Qué bien¡¡¡ Por cierto, de nuevo el tema muy ocurrente.

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  3. Ahora estoy enganchada a una entrega por fasciculos....gracias a ti. Espero que no tarde mucho en salir la segunda parte ;) (no es por presionar...):P

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  4. En la vida real hay profesores de autoescuela que son para darles de comer a parte. Yo tuve uno bastante caradura y grosero.

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