martes, 10 de julio de 2012

La fuga, Pereza, Marea y Despistaos

El arte no puede ser copiado; al menos gratis.

Aquella tarde la biblioteca triplicaba sus usuarios. A la habitual comparecencia de Patricio Márquez devorando las enciclopedias de “Peces del Sáhara” y “Cebras codificadas” se unían Princesa Disney y Pincho Moruno. Los dos reclusos intercambiaban información ante el inusual silencio del ex-agente de la $GA€.

–La fuga será hoy –dijo Princesa.
–¿Hoy? ¡Qué pereza! –replicó Pincho–. ¿No puede ser mañana?
–No. Ha de ser hoy. El cuadrante dice que el cambio de turnos nos favorece, porque echan partido de la Eurocopa y no mirarán los monitores.
–Tanto fútbol marea.
–Sí, pero gracias a eso los guardias estarán despistaos.
–¿Cómo lo hacemos? ¿Usamos el túnel tras el póster de Rita Hayworth?
–¡Qué dices! ¿Con Márquez aquí? No pienso. Nos acusaría de plagio a “Cadena Perpetua”.
–Matamos a un par de presos y nos cambiamos por sus cadáveres para que nos saquen en el coche forense.
–Ni hablar, Pincho Moruno. Eso ya salió en “El conde de Montecristo”. La $GA€ nos fundiría otra vez.
–¿Tirolina por encina del muro?
– “Tango y Cash”.
–¿Huida en moto?
– “La gran escapada”.
–¿Vuelo en globo?
– “Superman II”.
–Me rindo, Princesa Disney.
–Yo no.

Princesa Disney y Pincho Moruno alcanzan el patio sin dificultad. Sobre el grueso muro de 3 metros de grosor vierten dos ácidos inofensivos por separado pero altamente corrosivos mezclados. Pincho orina certero sobre las piedras y Princesa echa Coca-cola en el mismo punto. El muro se derrite como si fuera de hielo. En pocos segundos corretean como galgos o podencos por los prados alcalá-mekenses.
No consiguen recordar cuántas horas llevan escapando, pero deciden parar. Han llegado a un polígono industrial y están a salvo. De repente, unos zapatos negros impecables acaban unas piernas infinitas entre las cuales se recorta su sorpresa y asombro. Los han encontrado. Ante ellos, Patricio Márquez, inmaculadamente trajeado, saca la libreta de multas que lleva siempre en el bolsillo de la chaqueta.

–Habéis cometido un delito contra la propiedad intelectual, Princesa Moruno.
–No me jodas, Márquez. Nos hemos fugado de manera original.
–Cierto, buitre –añade Pincho–. No hemos cometido plagio alguno en la fuga.
–Ahí está el problema. Durante vuestra conversación, ésa que deliberadamente habéis trazado en mi presencia, habéis empleado los términos “la fuga, pereza, marea y despistaos”. Debéis saber que son los nombres de cuatro grupos punteros de rock urbano. Y todos están registrados. No podéis usarlos en vuestras fug… evasiones. Son 180 euros.
–No me fastidies, Márquez.
–Cada uno, Princesa Disney.
–Oye, Márquez –inquiere Pincho derrotado.
–Dime, Pincho Disney.
–¿Cómo cojones lo has hecho para fugarte tras nosotros, cambiarte el uniforme prisión por el smoking y encontrarnos?

Patricio Márquez no respondió. Se limitó a recaudar los pecunios de la $GA€ y a marcharse con el sol recortado sobre su sombrero elegante aunque pasado de moda. Por su cabeza solo chapoteaban los “Sapos de cuento” y las “Ranas con pelo” que se iba a meter entre córnea y cristalino esa noche. La primera en casa en meses. Aunque tal vez se buscase un cuchitril. Ahora era un fuera de la ley. Hasta que pudiera probar su inocencia, sería mejor defender a la $GA€ desde el otro lado. El arte no podía ser copiado; al menos gratis.

2 comentarios:

  1. Jope con Patricio!! No se le escapa una!!

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