El otro día se me
cayó el mundo encima. Contraté a un detective matrimonialista e hizo demasiado
bien su trabajo: mi mujer me la pegaba con el butanero. Me jodió porque
nosotros tenemos gas natural.
Se va a enterar.
Voy a arruinarle la vida. He pedido ya el divorcio. Me echaron del trabajo hace
un par de semanas. No fue por casualidad. Ahora me tiene que pasar una pensión
alimenticia de 350 euros. Pero donde la reviento de verdad es con los hijos.
Miriam y Alfredo se quedan conmigo. Soy el padre. Ningún juez le daría la
custodia a la madre. Y me quedo en la casa familiar. Que se joda. Me han dicho
que la pensión de los chicos puede ascender a 800 euros. No es mucho, pero
unidos a la mía aún nos arregla. Sobre todo, lo que me alegra es que tenga que
buscarse la vida en otro piso de alquiler, a ser posible compartido con
libertinas como ella. Que la mantenga el butanos.
Ohhh, ¿el butanero y con gas natural en casa? Eso escuece el doble o incluso el triple jejeje.
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